Como pueden ver, el nuevo Centro de Mayores de Aravaca lleva el sello del PP. El edificio, que inauguró el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha costado 5 millones de euros y además de su diseño, moderno, intemporal, destaca su salón de actos, con butacas para 300 personas y salas de informática, su gran restaurante cafetería, donde los jubilados pueden comer por poco más de 4 euros y al que cualquier vecino puede acceder para tomar algo a precios más baratos que en los bares del barrio. ¿Qué dirán de esto los hosteleros de la competencia, por cierto? 
Pero siguiendo con la descripción del edificio, decir que es muy luminoso, predomina el cristal transparente por doquier. Paseas por sus largos pasillos y ves lo que se hace en las salas de fisioterapia, de yoga, en la biblioteca, peluquería, pododología…
Y arriba está la terraza, donde el alcalde se enfrentó a la jauría de la prensa. El alcalde fue lo que fue, a dar la cara en el fregado Ayuso-Casado o Casado-Ayuso, que tanto monta, y del edificio dijo lo mínimo. Lo habían inaugurado con la idea, quizás, es más que probable, de frenar los titulares que estaban poniendo al PP, al de Madrid y al nacional, por los suelos, pero los ancianos de Aravaca, algunos estaban jugando detrás a la petanca, importaban un bledo en aquella mañana luminosa. Habría como veinte periodistas y reporteros y a ninguno interesó en qué se gastan el dinero de los ciudadanos en Aravaca. No hicieron ni una sola pregunta sobre el edificio que se inauguraba, pero sí muchas sobre los protgonistas del último enredo de la politica navajera.
No le hagan mucho caso a la canalla periodística, vayan de visita al edificio, conviene saber dónde viven y donde, pronto, algunos de ustedes estarán leyendo La Razón o El Mundo, o esperando turno para coger mesa en el restaurante.
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