Ante la inminente llegada del fuego a las localidades sanabresas de Vigo y San Martín de Castañeda, la Guardia Civil, ayer, desplazó dos autobuses para llevar a los vecinos que quisieran hasta Benavente, a un centenar de kilómetros. Además, y dado que el humo y las cenizas del enorme fuego que los rodeaba y que amenazaba con quemar sus casas se estaban colando también en sus pulmones, muchos tiraron de mascarilla como en los viejos tiempos; también se les recomendaba no caminar por las carreteras para evitar accidentes de tráfico.
La situación sería parecida a la del teatro que prepararon para el virus SARSCOV 2 si no fuera porque mientras al virus no lo han visto ni los chinos y la obra de bioingeniería que diseñaron en 2020 afectaba a cientos de millones de personas en el mundo, aquí la bioingeniería parece ser una obra preparada por unos pocos y para unos cuantos. En Sanabria, cuya vida social transcurre en verano en torno a su magnífico lago, viven tan solo unos cuantos miles de personas.
Hablemos entonces de posible manipulación y de si es más fácil manipular a poblaciones más pequeñas. No sé, pero sí que lo es, sí que sirve para distraer. Lo hacen ayudados por los medios de comunicación. Los medios son clave para que la manipulación surta efecto, ellos siembran el miedo. Sin miedo no hay manipulación. Así, que importa dedicarle páginas y más páginas en los periódicos a un tema. Un mes, años si es necesario ¿Y a las cadenas? Todos sus programas, llegado el caso, para difundir las imágenes, las entrevistas, los reportajes que se van elaborando. Además, es un temazo, ciencia pura, el espectador va a aprender lo que no está escrito: biotecnología, bioquímica, arqueología, historia… ¿Para qué quieren dedicar espacio y tiempo en sus medios al acceso a la vivienda de los jóvenes, la falta de personal sanitario en los centros médicos, el asunto de la inmigración, la corrupción, los sistemas educativos…
Apagaremos el fuego y el próximo agosto estaremos en las mismas, sin hacer una política favorable para que no vuelvan a producirse incendios en praderas y bosques. Han cambiado nuestros hábitos y cada vez menos gente acude al monte pisoteándolo, evitando que crezca, hay menos ganado que se coma la hierba, matojos y matorrales… Es más, seguro que hay algún listillo que piensa: “déjalo ahí, que el año que viene nos vendrá de perlas, por si Koldo tiene más cintas grabadas y hay que llenar la programación con la historia de los incendios o de otro virus desconocido más…”
Nadie dice que se haya hecho así, como sugiero, pero lo cierto es que los incendios han venido como anillo al dedo. Es casi tan perfecto como el cambio climático. Cuando la Dana estaba a punto de engullir políticamente a Pedro Sánchez, un foro de cambio climático presidido por él mismo le devolvió al instante el prestigio perdido. Ahora, pasa otro tanto. ¿Qué misteriosa es la política? ¿Alguien se acuerda de que las últimas elecciones pudieron ser amañadas? ¿Y a cuantos les preocupa si las llamas están ahí?
En fin, que se ha limitado el tráfico hoy desde la Casa del Parque, en Rabanillo, volvemos a Zamora, subiendo hacia el Lago, y que el fuego no corre, vuela, entre los arbustos de la lejana sierra. El informativo vuelve a preocuparse de cada localidad, y de las demás que arden como velas, pero veloces, tienen prisa. En esta ocasión nos recuerdan, una y otra vez, que las nubes de humo impedían ver lo que sucedía bajo los aviones, dónde caía el agua… Hoy han mejorado las condiciones nos dicen todos ellos.