Puede haber varias explicaciones. Así la coincidencia con la preparación de las navidades que hace que el personal esté ocupado en
otras cosas. La resignación ante males que se consideran inevitables, o imposibles de solucionar mediante simples votaciones dentro del régimen. La falta de un auténtico debate político de cierta calidad que permita comprender mejor lo que pasa, relacionado fenómenos con causas, e intentar arbitrar soluciones si es que hubiera voluntad de hacerlo y el régimen autonómico, central y comisionista europeo lo permitiesen. Un cierto desencanto o hartazgo de los partidos políticos, o la sensación de que pase lo que pase con la votación no hay nada o poco que hacer en cuanto a resolver los grandes problemas de los españoles y de los extremeños en este caso. Así, el trabajo, la vivienda, el nivel de vida y de oportunidades, el futuro de la juventud, la situación de la pequeña y mediana empresa y de los autónomos, del sector primario y de la hostelería,… desestabilizados por desastrosas políticas ajenas sobre las que el ciudadano carece de control. Sin olvidar la sanidad o la educación.
En cambio, no parece que preocupe tanto aquí, tierra tradicional de emigrantes, la inmigración descontrolada con sus secuelas para el trabajo no cualificado, la competencia por los servicios públicos o la seguridad ciudadana. Ni tampoco la llamada violencia de género, que, incluso, en algunos casos ha degenerado hasta convertirse en oportunidad de granjería, paradójico pretexto para obtener una paguita por “maltratada”.
El problema de las paguitas por “no hacer nada” como modus vivendi de carácter estructural y no como apoyo de coyuntura resulta grave en muchos lugares porque puede suponer un elemento de disuasión para buscar empleo y trastocar la asignación de recursos. Son un resultado histórico como una especie de compensación de la falta de inteligencia y voluntad del PSOE para realizar una auténtica reforma agraria siquiera de carácter técnico. En la vecina Andalucía sí se creó un teórico Instituto para la Reforma Agraria. Pero esto de las paguitas rurales constituye una especie de ensayo antecedente de la renta básica universal que los ingenieros sociales quieren extender para compensar los estragos del globalismo descontrolado, que se prevén terriblemente devastadores en el futuro, proceso ante el que la ciudadanía se viene encontrando inerme hasta ahora.
No obstante, pese a la aparente indiferencia ambiental existe cierta curiosidad por lo que pueda suceder el día 21. Si va a haber o no pucherazo. Y de no haberlo, qué pasará con el partido tradicional de la tierra, la PSOE, que va engranando un terrible escándalo tras otro y que para colmo tiene la desfachatez de colocar como candidato a un flamante imputado por la Justicia. Y además imputado por un asunto poco vendible desde el ángulo de la filantrópica solidaridad con “los pobres de la tierra y la famélica legión”, cual sería un presunto desfalco al colocar a su también presunta pareja que casualmente resulta ser, esta vez sin presunción que valga, hermano del secretario general del PSOE y jefe de gobierno. Todo un desafío, una provocación sino un insulto al pobre súbdito que paga y calla y al que ahora encima se le hace aplaudir como las focas. No sería de extrañar que por tanto en buena lógica sus resultados resultasen catastróficos, lo que tendría consecuencias también a nivel nacional para el sanchismo cerdanismo.
La candidata del PP que parece la favorita para ganar, más por deméritos ajenos que por virtudes propias, por lo menos no está imputada. Sin embargo, la realidad es que bien pudiera haber ido en cualquier lista de la izquierda como feminista o agendista de cuota. Sus declaraciones, imprudentes, imprevisoras cuando no provocadoras, la hacen intercambiable en la práctica con cualquiera de las damas del estrafalario elenco propio del rojerío WOKE más castizo. Su mayor potencial se encontraría en la inercia de la siglas, sobre todo entre gente mayor, y en la superstición demagógica del “voto útil”. También como recogedora de socialistas que buscan consuelo. Ha anunciado que tenderá la mano al PSOE y a Podemos, lo que deja el voto útil como el más inútil de todos si es que se quiere que cambie algo en un sentido racional. De modo que el pobre Feijoo desvelado no gana para sustos y anda algo perdido como en “San Benito”.
A juzgar por muchos comentarios y afluencia de público, parece que VOX pudiera sacar un muy buen resultado. Sus propuestas se ven como muy razonables o necesarias para intentar parar el actual proceso de devastación de la clase media y proteger los sectores económicos más en peligro. Sin embargo, se duda de la capacidad de la organización y de muchos de sus miembros para poder acometer una labor más propia de los esforzados trabajos de Hércules. Su probable avance es una de las cuestiones más interesantes de la batalla.
Despojada de la propaganda oficial, la realidad actual manifiestamente mejorable de la querida Extremadura tras casi medio siglo de
gobierno socialista nos mostraría la incapacidad histórica del Estado de las Autonomías en general y de la Junta en particular para solventar de modo claro los problemas de los extremeños en una España cada vez más injusta y desigual tanto en lo social como en lo regional. Por cierto, dudo mucho que la creación de la anunciada nueva titulación socialista de “agente de igualdad” venga a paliar tanto desequilibrio y desigualdad. Una igualdad un poco desigual para evitar el “intrusismo profesional” en estas graves cuestiones. Otro posible nuevo Cuerpo oficial de funcionarios para engordar la gusanera presupuestaria.
Más allá del humor negro o de la mera cuestión regional los resultados de las votaciones extremeñas pueden ser importantes como una especie de sondeo real sui generis indicativo de cómo está el panorama español ¿Una partida de ajedrez entre Feijoo y Sánchez con sacrificio de peones y piezas menores? Aunque pueda haber sorpresas con partidas simultáneas. Resultaría importante comprobar el alcance real y consecuencias de la querencia zurda de la Guardiola. O su capacidad para lograr un hipotético gobierno apoyado por sus correligionarios izquierdistas propiamente dichos.
El drama español desde el punto de vista patriótico nacional es la desesperanza que produce el panorama político actual. Una constitución vulnerada de modo impune, un fallo institucional múltiple solo paliado a título personal por algunos jueces y agentes de seguridad de comportamiento que cabe calificar de heroico en estas circunstancias. Una crisis terminal continuada derivada de que lo viejo y malo no termina de desaparecer y lo que pudiera emerger como “solución” aún resulta incapaz de ser abordado











