El IBEX 35 marcó este martes nuevos máximos históricos intradía en los 16.054 puntos. España lidera el crecimiento en la eurozona, ocupando el sexto lugar en términos de PIB, y lidera el crecimiento económico. Y eso es, le pese a quien le pese, porque las cifras son tozudas en el contar cómo van las cosas sin moverse ni una coma. Y dicha esta perogrullada que no es discutible, la pobreza en España es como ordeñar la distopía con guantes fabricados con concertinas. Por mucho que pueda jodernos hablar de esto en voz alta, algo que a la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza (EAPN-ES) higiénicamente le importa un pimiento y han venido a contarnos que tenemos la tasa de pobreza infantil más alta de la UE, y que somos el cuarto estado con un porcentaje catastrófico de gentes en exclusión social y en riesgo de pobreza. Con 2,3 millones de niños empaquetados, ese eufemismo que los declara en -situación de pobreza-, que es como hablar de un enfermo terminal como de un -vivo de corto aliento-. Si es cierto que las políticas sociales de este gobierno han reducido sensiblemente las cifras de años anteriores, no es menos cierto que tenemos unas muy cojitrancas expectativas respecto a la eliminación de estas muy vergonzantes cifras, que se ocultan en los medios como se ocultaron siempre aquellos pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión que nos falsearon la infancia con los absurdos catecismos de la iglesia franquista. Que se recuerde, no se ve un suelto en un periódico, ni una pieza en un telediario, ni una editorial en una radio que se pueda traer a colación para, al menos, justificar nuestras necesarias alertas frente a este disparate, que en frio nos sonrojan y en caliente nos encabronan. ¿Qué pasa con nuestros políticos que son capaces de dar más importancia al que se asuman el gallego y el catalán en Europa; a que el aborto retroceda en derechos; a que la eutanasia sea perseguida en comunidades; a que los inmigrantes sean estigmatizados por unos descerebrados que la tienen además tomada con los LGTBI; a que las jornadas laborales sean lo más parecido a las del siglo XIX; a que la sanidad sea motivo o no del engorde de los bolsillos de los ricos ; a que la educación no sea clasista en función de ser pública o privada…y asi hasta lo más ridículo de los sinsentidos estratégicos de los gobernantes, tratado desde el punto de vista y opinión de los idiotas más campeones de la idiotez. La razón, que cae por su peso, tiene solucionados esos temas y el que no lo pueda ver es ciego de nacimiento o se ha sacado los ojos para dar de comer a sus ratas de alcantarilla. Es mucho menos estúpido el que dice estupideces, que aquel que se las cree. Y en esas estamos, con las manos en los bolsillos al calor de la hinchazón de huevos. En esas manos que pasan rápidamente página sobre el hambre de un país que se llama España, y que unos cretinos creen que es suyo y que se lo han robado. Un estado donde todavía algunos defienden públicamente, incluso en sede parlamentaria, que la miseria se cebe contra más de dos millones de niños. Una patria asi no es una patria digna, y todos aquellos que, con sus negativas al progreso que nos libere de esa lacra, viven en el precipicio del neandertalismo feroz son despreciables. Vemos incendiar las calles brazo en alto a energúmenos jaleados por una derecha miserable que mira para otro lado, y una izquierda timorata que no castiga con leyes que favorezcan con medidas ejemplares la solución de verdaderos problemas escandalosos como el del hambre. Son peor que indignos, son la peste envuelta en banderas que han robado a la sociedad asustada, a la que se le ocultan con alevosía estos números que nos retratan caricaturizados como lo mansos y lo sumisos que realmente somos. PSOE, PP y todos los demás partidos son imprescindibles para dar apariencia de verdad a lo que en realidad es una mentira, porque no se preocupan primordialmente de lo esencial, para poder observar con esperanza un horizonte de futuro que iluminara ayudar a los más desfavorecidos con la humanidad necesaria. Y algunos, para risa y escarnio petulante, se dicen muycristianos y muchocristianos, aun sabiendo que hay más de cuatro millones de personas en nuestro censo que viven con menos de 644 euros al mes. Recordemos que el sueldo medio de un congresista es de 3.2363 euros limpitos al mes, incrementados largamente con complementos en función del cargo o cometidos. ¡¡¡Y oleee!!!











