Vuelven en España los ataques contra el dióxido de cloro, ahora desde el popular periódico gratuito 20 Minutos. Lo hacen a través de dos investigadores que concluyen, tras leer el ensayo que demostraría la efectividad del dióxido de cloro en la COVID-19, que por mucho que lo digan ahí, es mentira, no cura la COVID 19.
Veamos primero las carencias y desaciertos de este artículo. Para empezar, el título. No se puede afirmar tajantemente que el dióxido de cloro no cura basándose en que el artículo no muestra definitivamente que cura. Un punto clave de la inferencia estadística consiste en que el no rechazo de la hipótesis nula no implica la afirmación de ella. Esa relación lógica fundamental se expresa en ocasiones con la frase: “la ausencia de evidencia no implica evidencia de ausencia”, es decir, si las pruebas presentadas no son evidencia suficiente a favor de la hipótesis alternativa, en principio, el no rechazo de la hipótesis nula no tendría por qué llevar aparejado la aceptación de lo establecido por dicha hipótesis. Los dos “ investigadores” pueden encontrar ampliación sobre este concepto tan sencillo en infinidad de libros y páginas web sobre inferencia estadística de todo tipo.
Menos aún puede hacerse esa afirmación basándose en las informaciones que trasladan a la opinión pública la OPS, la FDA y dependencias gubernamentales de España, Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Chile…. Es de sobra sabido que estas instituciones no aportan dato alguno científico que permita decir algo como esto: “La AEMPS advierte de los riesgos graves para la salud por el consumo de dióxido de cloro o MMS”. La AEMPS es la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y sus comunicados para desacreditar al dióxido de cloro se limitan al acostumbrado copia y pega, o lo que es igual, dicen lo que otros dicen. De hecho, en MM hemos publicado suficiente bibliografía para respaldar lo que ahora escribimos.
Aunque muchas de las objeciones que se ponen al artículo original son correctas, parece que los autores también buscan defectos donde no los hay. Por ejemplo, que en el grupo control se han hecho dos mediciones, a los siete y 14 días, y en el grupo tratado se haya hecho, además, otra medición a los 21 días, no impide que se pueden comparar los resultados entre ambos grupos en las dos primeros mediciones, si bien es cierto que los autores deberían justificar esta asimetría llamativa.
Los dos “ investigadores “ dan a entender en el último párrafo que este producto se dispensa bajo una patente propiedad de Andreas Kalcker. Ello es totalmente inexacto. Es un producto muy barato que se vende prácticamente en todo el mundo, porque tiene propiedades viricidas y bactericidas universalmente aceptadas, sin que Andreas Kalcker tenga ningún beneficio económico por ello. Si bien es deseable que en adelante sea distribuido el que se sintetiza en laboratorios acreditados, que garanticen su pureza y estabilidad.
En resumen, el artículo original tiene importantes carencias, por lo que no se le puede considerar bajo ningún concepto una demostración definitiva de que el dióxido de cloro es efectivo frente al Covid 19. Pero los resultados mostrados constituyen un indicio razonable de que puede ser muy útil y, por ello, aportan un motivo más para hacer estudios bien planteados, diseñados, ejecutados, analizados y publicados. Sabemos que hay muchos profesionales en condiciones de hacer los estudios de acuerdo a los estándares más exigentes de la medicina basada en evidencia, MBE, y que si no los han hecho ya es porque el autoridades sanitarias se lo impiden.
Por cierto un estudio bien planteado se hace de modo que en ningún caso el dióxido de cloro pudiera perjudicar a los pacientes, porque se diseña de tal modo que al menor indicio de perjuicio se suspende la administración del producto. Si las autoridades sanitarias estuvieran realmente convencidas de que es perjudicial, alentarían la ejecución inmediata de esos estudios, para que se demostrara cuán inútil y perjudicial es el dióxido de cloro. El hecho de que no lo autoricen sugeriría que no quieren que se hagan porque la demostración de que es útil conllevaría perdidas económicas cuantiosas a algunos grupos de poder que actualmente controlan muchos aspectos de la vida pública.
Otro detalle a tener en cuenta: 20 minutos no publicó el estudio que intenta demostrar la capacidad terapéutica del dióxido de cloro, pero sí publica lo que piensan sobre ello dos “investigadores” de los miles que hay por el mundo. Y es que lo que dice o interpreta esta pareja va más con su línea editorial respecto al dióxido de cloro. Sería bueno que tanto “20 Minutos” como los dos “investigadores” se dieran una vuelta por Bolivia y hablaran con los cientos de personas que sufrían el coronavirus y ya no lo sufren gracias al CDS, otra forma de llamar al dióxido de cloro.
Lo que está meridianamente claro es que mientras la comunidad científica no vea un ensayo clínico bien construido, con todas sus etapas bien diseñadas y ejecutadas, el dióxido de cloro no tiene futuro, salvo el de llevar una existencia paralela, alternativa. Y en eso tenemos que darle la razón a los autores del artículo de 20 minutos. 1. Porque la revista en cuestión donde se publicó el ensayo, a juicio de muchos médicos e investigadores, no parece contar con la credibilidad de la clase científica dirigente. 2. Porque hay algunos desaciertos en la metodología con la que se llevó adelante el ensayo liderado por el investigador Eduardo Insignares. La mayoría, sin embargo, son aciertos y los dos investigadores que escriben este artículo no los mencionan. Tampoco escriben ellos atendiendo solo a razones de la ciencia, sino a criterios personales, lo que se evidencia sobre todo cuando hacen referencia a Andreas Kalcker.
¿Recuerdan aquello de no por mucho madrugar amanece más temprano? Pues eso, que no hay que confundir las evidencias que ven cada día los médicos que trabajan con el dióxido de cloro con la Ciencia, con mayúsculas. Esta tiene poco de fiesta y mucho de trabajo metódico, de ir paso a paso. Lo dicho, señor Insignares, hágase y haga un favor al dióxido de cloro, no tenga tanta prisa. No va a amanecer más temprano por mucho que usted insista. Pero siga con su trabajo, sin pausa, si el dióxido de cloro es tan efectivo como dicen los médicos que tratan con él a los afectados por coronavirus, todos lo necesitamos.
SOY FRECUENTE LECTOR DE «20 minutos» y DESDE HACE UN MES TAMBIEN DE «MM».
Y AL LEER ESAS LINEAS RESPECTO A ESA DISIDENCIA DE POSICION FRENTE AL USO TERAPEUTICO DEL CADA VEZ MAS CONOCIDO CDS EN AMERICA Y OTROS PAISES HE EXPERIMENTADO UNA FRANCA DESILUCION RESPECTO AL VALOR PERIODISTICO DE «20 minutos» EN UN TEMA TAN EN BOGA ACTUALMENTE Y SOBRE TODO TAN IMPORTANTE PARA LA INFORMACION DE LA CIUDADANIA EN GENERAL, VICTIMA DESDE HACE TIEMPO YA DE LA INCORRECCION INFORMATIVA A TODOS LOS NIVELES POR PARTE DE LOS MEDIOS INFORMATICOS EXISTENTES ….
El tema del Dióxido de cloro,demuestra que nuestra sociedad,es un asco,los valores ya no existe,la rasa humana está condenada .
No me cansaré nunca de decirlo gracias Andreas.
Yo mismo soy uno de entre los millones que lo usamos, desde hace meses o años. Todo ataque contra el CDS es puro interés por continuar este genocidio planetario. Así sucede también con la vitamina c en polvo, que han prohibido venderla en botes,en farmacias porque se la considera producto químico. Hay que joderse.
Pero en lugar de sacar conclusiones leyendo un artículo (o varios) si realmente son investigadores que investiguen directamente en el campo, que salgan con los médicos que están utilizando el dióxido y hagan las pruebas de laboratorio antes y después. Que demuestren lo contrario.
Este menda Insignares, supuestamente, debe estar más afiliado a la farmafia que a la ciencia. Lo que resulta en demérito de lo esencial. Y lo esencial es trabajar por la salud de la humanidad y no por la parte comercial. Flaco favor hace a su prestigio, demuestra ser aspirante a corrupto.
Yo uso desde hace mucho tiempo, y somos michos, el CDS, o, dióxido de cloro y me va muy bien. Sin ningún síntoma nocivo. Cada cual que tire hacia lo que le convenga. Saludos cordiales.