La náusea* y Tellado

La última doble sobreactuación hiperbólica en el Pleno del Congreso sobre migración, – de un sujeto con fauces de topillo a quien han pisado el rabo, (cualquiera de los dos)-, nos ha dejado atónitos y encabronaditos a quienes ya contemplamos la política como un espectáculo atronador, tan prescindible como despreciable. Pero, este vocinglero irredento, cuya principal virtud demostrada es la de insultar sin vergüenza, pisando líneas rojas y haciendo alarde de la irresponsabilidad dialéctica del grelo con patatas, nos ha llegado en esta ocasión más allá del alma. Ahí justo, donde nos estorban las entendederas y el rechazo a lo que significa la “patulea desquiciada”, se nos hace bola y pasamos un mal trago nauseabundo que no merecemos. Esta débil metáfora de animalito venenoso por la infecta carroña podrida que lleva en sus dientes se lio a dentelladas y sacó brillo a su casposa calva traidora con las víctimas del terrorismo, incrustando su desencajado careto con una babosa sarta de imprecisiones, que no reconocían su propio error ni el de su partido votando a favor de la Reforma Legislativa que les importó un bledo en su momento oportuno, ya que no tuvieron la mínima decencia de leérsela para justificar su sueldo torero. Hace 13 años que ETA se fue con su basura al inmundo depósito de la historia que ya nadie quiere recordar, pero en boca dialéctica en modo Wallapop de estos desesperados bichos de su especie pareciera que las portadas de nuestros periódicos chorrearan sangre cada mañana. Lamentable y tan casposo como para fabricar una falsa pista de esquí acrobático para payasos. La supuesta y discutible rebaja de penas para con los hdp condenados por terrorismo se les coló de rondón en pelotas por vagos o (y) por inútiles, igual que se le coló al PSOE también por vagos o (y) por inútiles la celebración en el Senado de un congreso antiabortista. No se ganan el sueldo, pero sí nuestro desprecio más sentido y gritón. Son una ruina, un desastre y un desperdicio. Y lo saben. El PP, ya en Europa con dietas opulentas, votó a favor de esa reforma barata que beneficia a algunos de los presos de ETA, (en concreto a cuarenta y tres repugnantes mierdas de etarras), pero ahora ya es -ni sí ni no, sino todo lo contrario- intentando ciscarse -in extremis- sobre la Ley Orgánica 7/2014 que tuvo el –sí- de 346 legítimos encorbatados congresistas sin haber presentado ni una miserable enmienda. Nudo Wilson para ensuciarse cómodo, el tal Tellado, sacó a los muertos que se torticean de comodín para cualquier jugada temática (venga o no a cuento), y los familiares de estos difuntos se rebelan y se emputecen contra esta maloliente utilización, que agobian con alevosía y premeditación a gentes combativas, dolidas y dolientes como Ordoñez o Manjón (¿la Blanco también?), a las que nunca hicieron con solvencia jurídica “ni puto caso”. Por aclarar en cifras este espinoso asunto: el 65 % de los presos afectados por el doble cómputo que pretende la ley llevan más de 20 años entre rejas. Son 28 cabronazos de los 43 enchironados en Francia y España. La cosa toma colores interpretativos porque algunos pasaron condena en Francia por pertenecer a banda armada, y no por los delitos de sangre por los que han sido juzgados aquí, pero…El “pero” son, a mi humilde entender, los familiares directos de las víctimas a los que nadie pide opinión. Seguro que serían generosos con esos hdp aunque solo fuera por dejar en cuadro oscuro a un cretino de náusea incluida en su gargantazo. El remate lo ha dado, ¡cómo no!, ese prodigio político lleno de rímel libertario llamado Isabel Díaz Ayuso con su lapidaria frase a renglón seguido de esta burradota impresentable: “ETA está más fuerte que nunca”. Millás, siempre genialoide, le ha dado una demoledora respuesta que os transmito: ‘ETA está más fuerte que nunca’ no obedece, se mire por donde se mire, a la realidad. Debe de ser por tanto la expresión de un deseo repleto de nostalgia».

*La náusea, según Sartre en la Wikipedia, nos revela el hecho de una contingencia que no puede dejar de ser contingencia, sólo dejar de ser.