La postverdad pretende colonizarnos la sesera y abonar con cacas fermentadas nuestras perjudicadas entendederas. Los bochornos de la política de la “confrontación a machete” que nos ofrecen a diario en el Congreso, entre gritos y salidas de tono, tienen menos relevancia que los juicios y convencimientos que la información sobreactuada de esos animales vocingleros nos procuran a los ciudadanos de a pie. En la desaforada ecualización catastrófica de sus argumentarios no dejan resquicio para la metáfora con fineza ni para la discrepancia inteligente. Los más bestias pretenden con ello alejarnos de la credibilidad que las instituciones tendrían que brindarnos, para poder sentirnos partícipes de la gestión de nuestros derechos como ciudadanos representados con una leve dignidad. Los otros, los agredidos, flotan en ese caldo de estulticia a braza y espalda sin, como diría mi abuela, “sacar los pies de las alforjas”. Hoy, con el Boinas, que andaba cocidillo tratándome de explicar sus desconsuelos, cocinamos a fuego rápido en salsa picante la ofensa, los insultos, las imprecaciones, y los desparramos. Ni un solo segundo nos apartamos de un vermut blanco frio y ligero, que nos empujó a regiones escabrosas sin despeñarnos más acá de lo irremediable, más allá de los encallecidos exabruptos de los hiperacelerados, y rendirnos perjudicadisimos en la sucia Green Line de las estruendosas trincheras del odio. Y salió en estas a pasear- como recién mojado- ese humor ácido leonés, que es a veces procaz con lo técnico y recatado sin comedimiento con lo puramente lego o profano. “A lo tonto a lo tonto” resbalamos en el Black Friday: esa fiesta del consumo que nos han importado con premeditación y alevosía y nos arrojamos como posesos a los descuentos. Ya en el fango y en el baraterío escandaloso, nos adentramos en el perdido mundo de los cortauñas y los raspadores de piel dura, (que desaparecen indefectiblemente sin cumplir la media docena de usos), para desembocar sin saber cómo en el ignoto planeta de los juguetes eróticos.” Por joder, que no ocupa lugar”, dijo el Boinas. Nos hicimos unas risas burracas con los regalos para “unas y unos” de unas económicas bolas chinas con efecto bioregenerador . Son, entiende mi amigo, “como hemorroides vivas pero muy sanadoras y le van de cine a todos esos que, en silencio, aprietan su culillo al escaño sin decir ni pio; apretando sumisos y disciplinados el botón que manda del que mea más largo de su grupo”. Dos señoritas de provincias, que tomaban, próximas a nosotros, un descafeinado en la barra, huyeron despavoridas. “Puestos al lio, ¡que nos despachen ONLINE cuarto y mitad de ORA 3: ¡el juguetazo ese que imita con precisión donjuanera un sofisticado cunnilinguis de matrícula de honor, para premiar a quienes necesitan una lengua más que humana y casi divina con la que alabar sus vacuas intervenciones cargadas de grandilocuencia”. En este momento el camarero ya estaba entregado a nuestra causa y, sin consultarnos, rellenó nuestros vasos que aun tenían el hielo mediado. Reconozco, para mi vergüenza, que no intenté calmar la perorata del Boinas, porque le vi tan lanzado cuesta abajo que un parón por frenada podría ser catastrófico. “Para las prosopopeyas más independientes, enrolladas y lenguaraces podría cambiarse el chisme anterior por el potente succionador Pleasure AIR o el Womanizer. Ambos, cargables por USB.” Aquí de un trago profundo aspiró y vació el vaso de tubo para seguir incontinentemente: “Como mínimo una docena de Lelo Sila Lilac, el masajeador sónico de moda que puede estimular sin contacto directo el “piticlin” más aburrido entre sesión y sesión, entre debate y debate, o entre improperio e improperio, que es todo lo mismo, fabricado en silicona ultrasuave para evitar las posibles irritaciones del exceso. Uso exclusivo para portavoces”. Aquí encendió un cigarrillo, que sabemos los que le conocemos que es una mala señal de combate en su disciplina corporal. “Para los más feroces machotes, como contrapartida de similares características onanisticas, el automasturbador Satisfyyer Men Vibration con 14 patrones de vibración, impermeable y además hipoalergénico . Muy convenientes para los que solo son capaces de escucharse a sí mismos. (Casi todos). En nivel experto se les podría ofrecer, aunque se vaya el costo un poco arriba, el sugerente nuevo DOT de LELO, indicado para cuando en el estrado el ímpetu guerrero arrecie. Su punta fina y flexible dulcificará sin duda los bochornos que la concurrencia jaleará con pateos y silbidos de taberna sin calefacción. El TOR 2 solo para iniciados sobresalientes en el arte de pasarse de frenada con las disciplinas de voto es -muy propio y muy ajeno-. Por ponerle algún defecto, es escasamente feminista, con lo cual su aplicación en condiciones rabiosas y retrogradas puede tener efectos secundarios indeseados”. Había repasado, sin despeinarse la lista de chollos aplicables a los vociferantes de los “esperríos furibúndicos”, y por fin se calmó. Dos estudiantes, en una mesita cercana, aplaudieron con sincera admiración. Un señor con gafas y el ABC bajo el brazo pasó de largo, imagino que con ganas de borrarnos de la lista de los vivos. La tele sin sonido mostraba el final de una bronca en el hemiciclo, y la cámara se regodeaba en las caras largas de los participantes entre mímicos chorreos y churreos. El presentador daba paso a la publicidad, y se colaron para desengrasar media docena de anuncios de colonias. Ya el tufo de la Navidad está llegando a nuestros hogares mientras el Boinas se ha ido al aseo con la sana intención de liberar sus apretones de próstata y de paso repensarse la violencia y el lujo en la intimidad silenciosa del señor Roca.