Albert Estrada tiene dos vidas, una en la que es médico y otra en la que puede ser de todo. Su segunda vida es la más divertida, nos dice. El doctor se sumerge en historias ficticias convertido en un personaje. Hablamos de los juegos de rol. Estrada lleva toda una vida jugando al rol y ha vivido partidas de 12 horas seguidas y campañas de 10 años. Habréis oído hablar de esto, pero… ¿qué es realmente el rol y cuál es su componente adictivo?
Filosofemos sobre el rol, Albert. Cuéntenos su vida en materia roliana. ¿Hace mucho que tuvo la revelación de que lo suyo era jugar a rol?
Hace bastante, pero por suerte fue algo progresivo. Empecé jugando a los librojuegos, esos libros que te permiten elegir por qué camino va a transcurrir la historia según si pasas a una página u otra: “si quieres explorar el castillo, pasa a la página 35. Si prefieres visitar el pueblo, pasa a la 38”. Era muy pequeñito cuando empecé a jugar con esto y ya me parecía una pasada, claro que por aquel entonces no existían los juegos de ordenador y en el ocio interactivo el máximo exponente era este tipo de libros. A partir de aquí, con 11 años, descubrí que existía una cosa llamada el juego de rol que ya no consistía en leer un libro y decidir si pasar a una página o a otra, sino en interactuar con otro participante que asumía el papel de escritor del libro y te iba contando lo que pasaba según las decisiones que tomabas.
¿Cómo se juega a rol?
Hay una persona que se encarga de crear la historia y unos jugadores que asumen el papel de los personajes de esa historia y deciden cómo van a actuar. La persona que ha creado la historia plantea un escenario, de manera que puede saber que se ha cometido un asesinato, quién lo ha cometido, cómo y dónde están las pistas para descubrir todo esto. Mientras los jugadores tratan de buscar esas pistas y de juntar el puzle para resolver el misterio, el director del juego es quien tiene que responder con las consecuencias lógicas que las acciones de estos jugadores plantean. Por tanto, las opciones son infinitas.
¿En qué se diferencia el rol con los librojuegos?
En que no hay unas opciones limitadas, sino que los personajes pueden actuar como quieran. Lo divertido de esto es que al interactuar con una persona y no con un libro prescrito la historia puede tener infinidad de posibilidades. Ni siquiera los juegos de ordenador han conseguido esto, sigues estando limitado a lo programado por el creador del juego.
¿Tener cara y ser locuaz es importante para jugar?
Sí, pero hay de todo. No hacen falta características especiales para jugar a rol, pero cuanta más capacidad narrativa y agilidad mental tengas para utilizar la palabra precisa en el momento adecuado, mejor. El máster debe construir una narración que atrape a los jugadores y consiga evocar el mundo de la fantasía, de la ciencia ficción, del realismo… También es importante la capacidad actoral de poner voces, todo esto ayuda a que los jugadores se metan más en la historia. Es igual que el efecto que causa en los lectores un buen escritor.
¿El narrador y los jugadores se disfrazan para jugar?
Normalmente no, aunque se puede hacer. El narrador, como máximo, puede tener unas gafas preparadas para indicar en qué momento está hablando un personaje que es contable, por ejemplo, y en qué momento habla otro personaje, o puede jugar con un cigarrillo en un momento determinado para evocar una escena o personaje concreto. En el rol de mesa clásica tradicional no te disfrazas. Donde sí hay disfraces es en el rol en vivo, que es una actividad que haces en un sitio donde no solo interpretas al personaje, sino que actúas, te disfrazas y todo el entorno se decora para simular el lugar donde se está produciendo la acción.
Tiene mucha cercanía al teatro, por lo que parece…
En algunos aspectos sí, pero también tiene muchas diferencias. La principal es que no controlas lo que van a hacer los personajes porque están en manos de los jugadores, no de un guión. En este sentido podría asemejarse al teatro improvisado, pero incluso en eso hay una diferencia: en el teatro los actores trabajan para un público, por lo que la función no es tanto pasarlo bien ellos, sino contar algo al público. En cambio, en el juego de rol no hay más público que los jugadores participantes, por lo que su principal preocupación es meterse en la historia y pasarlo bien.
¿Quién decide jugar a un juego determinado?
Un término que se ha ido incluyendo en el ámbito rolero es el contrato social, que decide qué vamos a hacer en cada mesa de juego. Por ejemplo, puede decir que vamos a contar «x» aventuras, vamos a ser cinco personas y nos vamos a reunir los jueves. Si uno no puede venir, ¿cancelamos? Si alguien quiere traer a alguien nuevo, ¿cómo hacemos? ¿Quién recoge la mesa y quién paga? Todas estas preguntas son respondidas por el contrato social. Normalmente es el narrador el que decide con qué juego quiere jugar, pero puede darse el caso en el que haya una interacción en la que también participen los jugadores en la decisión final.
¿Hay juegos de rol sexuales o están prohibidos?
No hay nada prohibido. Hay algún juego de rol con una mayor o menor carga erótica o sexual. El más conocido se llama “Líbido”, en el cual se explora y se pone sobre la mesa el componente sexual, aunque no es el único. Hay otros juegos como «La novia de Barbazul» que parodia esta historia de que Barbazul se casa con mujeres, las lleva a su torre y luego descubren que es un asesino sanguinario y que tiene los cadáveres de sus esposas en el sótano. Esto también puede tener un componente sexual o turbio.
Sin embargo, en general los juegos de rol tienen un contenido sexual bastante pobre comparado con cualquier serie o película que podamos ver. Esto no quiere decir que haya algo que impida a un director de rol incluirlo.
¿Cuál ha sido su último personaje?
Un abogado que se dedica a acabar de establecer y escribir actos que hacen clientes con el demonio. Porque, claro, hacer pactos con el demonio puede ser peligroso, por lo que todo tiene que estar bien redactado para que el demonio no te tome el pelo. Mi abogado debía asegurarse de que los clientes obtuvieran un pacto justo sacando él un beneficio.
¿Se juega con mascarilla?
Jajaja…. Ahora lo que se hace mucho es jugar online. Hay aplicaciones en el ordenador que permiten tirar dados y obtener un número aleatorio, compartir imágenes, músicas, etc. Yo prefiero el juego de rol en mesa, aunque todavía no he vuelto a incorporarme. Cuando lo haga no sé si utilizaré mascarilla, la verdad es que he visto de todo, cada grupo decide…
¿De qué iba la partida más larga que ha jugado y cuánto ha durado?
Si entendemos partida como sesión de juego, es decir, desde que nos sentamos en la mesa hasta que nos levantamos, una de las más largas que recuerdo duró 12 horas. Y sí, comimos jajaja. Jugando al rol siempre estamos comiendo porque estamos nerviosos. Esta partida iba de un grupo de gente que hacía un tipo de turismo muy curioso: visitaban lugares turísticos macabros. En este caso visitaron un monasterio donde se habían producido asesinatos de niños. Empezaban a suceder cosas misteriosas, apariciones, pistas que no encajaban, que el caso cerrado era incorrecto, que el acusado no era tan culpable y que detrás había más… Era una partida de investigación y terror.
Si hablamos de campañas la cosa cambia. Si la partida fuese el episodio de una serie, la serie completa sería una campaña. La más larga que recuerdo duró 10 años y estuvo ambientada en el universo de séptimo mar, un universo ficticio con piratas y mosqueteros. No se pudo terminar porque en 10 años de vida real la gente se casa, tiene hijos, cambia de trabajo… Estos son casos extraordinarios, normalmente ni las partidas ni las campañas son tan largas.
¿Hay quien gana o quien pierde?
No, generalmente podemos considerar que todo el mundo gana o todo el mundo pierde en función de la diversión que obtengamos. Al final, el objetivo es ese. Se pueden hacer escenarios competitivos, pero no es lo habitual ni lo que más se suele disfrutar en el rol. Ni si quiera la muerte de un personaje puede significar perder, de hecho, la muerte de todos los personajes puede ser uno de los finales más satisfactorios en el rol porque es a lo que conduce el drama.
¿Qué opina su pareja sobre el rol?
Por parte de parejas o personas cercanas no he sentido ninguna mínima objeción ni ningún tipo de juicio respecto a los juegos de rol. La única persona que es más reticente a esto es mi madre, lo cual me sorprende porque siempre le ha gustado mucho el teatro.
En el juego de rol cada vez van entrando más mujeres, por lo que cada vez es más fácil y asumible que tu pareja lo entienda. De hecho, la inmensa mayoría de la gente que conozco tiene parejas que también juegan y comparten la afición, aunque no tienen por qué jugar siempre a la vez.
¿Es un buen antídoto contra el estrés?
Depende, pero yo diría que no. Es un buen antídoto para desconectar de tu vida real, pero puedes vivir historias muy intensas y estresarte incluso más. También puede haber temáticas que toquen las fobias de alguien, imagínate que tienes miedo a las arañas y empiezan a salir arañas gigantes… igual ocurre que esa persona tenga que parar.
¿Tienes un canal de rol en YouTube?
Sí, tengo un canal desde hace un año y medio que se llama «Culpa del rol» y tiene 2.440 suscriptores. Estoy encantadísimo porque no me esperaba esa buena acogida, esperaba un crecimiento mucho más lento.
Es usted médico, ¿cómo lo compagina con su afición al rol?
Lo he hecho desde siempre y no me supone ningún problema. De hecho, no son algo tan alejado. En medicina juegas a rol cuando te plantean situaciones hipotéticas para ver cómo actuarías. El rol es una herramienta que, más o menos, utilizamos todos, lo que pasa es que se le da un sentido lúdico. Afortunadamente siempre he encontrado mis vías y estrategias para compaginar ambas cosas, pero lógicamente me siguen faltando horas del día, supongo que como a todo el mundo…
Tiene usted un libro publicado, “El médico del cannabis”, una materia de la que hablaremos en su momento. ¿Es difícil ser médico y uno de los grandes especialistas del tratamiento terapéutico con marihuana?
La opinión mayoritaria del colectivo médico es bastante más pro marihuana de lo que la gente piensa. Lo que obtengo por parte de mis compañeros es curiosidad, nunca ataques. El problema es que desgraciadamente los médicos no podemos ni recetar, ni prescribir ni recomendar marihuana, por lo que si no quieres tener problemas con la justicia solo puedes decirle al paciente que haga lo que le parezca. Quizá de esto se obtenga la idea de que el cannabis está muy mal visto en la comunidad médica, y es cierto que hay opiniones de este tipo, pero hay otros médicos que no pueden permanecer ciegos ante la evidencia científica sobre las bondades del cannabis y, sobre todo, de su inocuidad.
¿Cree que ha hecho bien su papel de entrevistado entre usted y un servidor?
Creo que sí, se quedan muchas cosas en el tintero porque estaría horas y horas hablando del rol, pero como pincelada introductoria para aquellos que quieran conocer un poquito más sobre esto la entrevista va a ser más que suficiente.
ENTREVISTA EN VÍDEO A ALBERT ESTRADA