NOTA: la vídeoentrevista está más abajo
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Nuestra invitada, por contestar, lo hace a todo, incluso a si le parece que Alvise Pérez es aún de fiar o si se le ha acabado la fiesta. A propósito de la inmigración, Esther Dunia Blanco está indignada con lo que pasa en sus islas, las Canarias. Dos años después, los afectados por el desastre de la isla de La Palma siguen viviendo en barracones y dos años después, el número de inmigrantes ilegales sigue creciendo, más que nunca, poniendo en peligro la pacífica convivencia en las islas. Ella no sabe el porqué de este fenómeno, pero sabe que en los informes de la ONU se dice que la inmigración ilegal es el negocio de trata de seres humanos que más millones maneja en el mundo. Lo que le lleva a sospechar que si esto es cierto, hay inmigración para rato. Partidaria de la solidaridad, de ayudar al prójimo, se pregunta también quién está detrás de las mafias que manejan a los miles de personas que se lanzan al mar para venirse a España.
Esther Dunia Blanco exige que “la factura de los gastos de los 6000 niños que llegaron ilegalmente debe repercutirse a los gobiernos de origen del inmigrante ilegal”. También le parece que en este conflicto está corriendo la sangre y que aún correrá más. “A fecha de hoy no ha nacido el ser humano que a mí me someta, ni va a nacer. Yo soy de las que está en primera línea y si tengo que morir, muero”.
De reveladora tachamos su entrevista, que nadie debe perderse si quiere ponerse al día de lo que sucede en nuestras islas.
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“En Gran Canaria había 13 centros de menas en un radio de 7 kilómetros y no se podía vivir. La franja de Gaza es un paraíso comparado a como vivíamos aquí. Todos los días teníamos un delito”.
“El precio de un billete para subirse a una patera es de 1500 a 6000 euros”.