Lejos de “El país de Nunca Jamás”, isla ficticia maravillosamente contada en la novela de J.M.Barrie, en la franja de Gaza en estos dias, del amanecer al ocaso, morirán una brazada de niños inocentes que no podrán disfrutar del Peter Pan, la Campanilla y la Wendi, porque para ello , si alguien desea llegar allí, al Nunca Jamás, deberá de volar hasta lo más alto del cielo y “girar en la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer”. Me da la sensación de que la segunda estrella “a la derecha” es la que eligieron las bestias terroristas desquiciadas, atacando salvajemente al estado de Israel, donde una blanca gavilla de niños inocentes fueron aniquilados sin piedad alguna. Los dos triángulos superpuestos de la estrella de David no sirvieron de escudo ni guía para una paz a la que no se ve futuro.
Hagamos memoria. Se gestó y se formalizó Hamás como grupo armado, como milicia y como ariete en la Primera Intifada, que enfrentó a palestinos e israelíes entre 1987 y 1993, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz de Oslo. Yasser Arafat e Isaac Rabin, tutelados por Clinton, ni en sus peores sueños ni predicciones darían cabida a la barbarie de este 7 de Octubre. El grupo, curiosamente, recibió el apoyo activo político y económico de Tel Aviv durante su creación para usarlo contra la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). El general israelí Yitzhak Segev lo ha aireado a los cuatro vientos. «Hamás, a mi pesar, es una creación de Israel”. Segev ha contado, por activa y por pasiva, que desviaba una buena parte de sus presupuestos gubernamentales a las mezquitas, donde se aleccionaba a los futuros terroristas islámicos de Hamás.
–Fue un enorme y estúpido error– dijo en 2009 Avner Cohen, que era en aquel momento el mandamás de los asuntos religiosos del pueblo elegido. Hamás, Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, por definición y en lectura occidental, es …extrema derecha islamista que gobierna la franja de Gaza desde 2006. Netanyahu, pueden ustedes tirar de hemeroteca si cuestionan estas anomalías, defendía subvencionar a Hamás como estrategia a favor del gobierno autónomo en Gaza y como cuña de valor para, con ese “empujoncito”, tener divididas las facciones palestinas sin mancharse las manos, debilitando así a la OLP del Yasser Arafat, un rarito barbudito con miras izquierdosas. Hamás llegó a reventar por las urnas las ideas progresistas del líder visionario, fallecido dos años antes, en las elecciones de 2006. Desde entonces, Hamás es la tenedora de Gaza, tierra estrecha de la Palestina histórica, y Cisjordania se mantiene gobernada por la Autoridad Nacional Palestina en los apéndices “socialistas” de Al-Fatah. «Movimiento de Liberación Nacional Palestino».
“Girar en la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer”, la fórmula del rumbo para llegar a Nunca Jamás, en una pirueta loca del destino que agobia sin consuelo y sin tregua a los pueblos semitas (los descendientes de Sem el hijo de Noé), nos ha llevado a “Jamás Hamás “. El niño Peter Pan creado por James Matthew Barrie es eternamente niño y ofrece resistencia a crecer. El miedo le incapacita para madurar y consecuentemente incorporarse al mundo adulto. Los niños de esos lugares heridos por el odio innecesario en el siglo que corre no podrán disfrutar la parte infantil del maravilloso relato, porque sus viejos países en enfrentamiento continuo no han madurado su síndrome de Peter Pan, y su guerra fratricida, lejos de llevarlo a su sanación, agudizarán su deseo de no hacerse normalmente civilizados adultos. -Los niños perdidos- ya no escucharán al cocodrilo del reloj del Capitán Garfio-, ni tendrán ocasión de conocer ese arranque mítico de “Todos los niños crecen menos uno”, porque serán enterrados en un desgarrador recuerdo de vuelo rasante … ¡¡¡“Nunca Hamás”!!!
Esto es una locura, tienes razón en las consecuencias de decisiones mal tomadas