Vayas donde vayas el retrato de la pandemia es similar. Se tomaron las mismas medidas coercitivas, se ocultaron los contenidos de los contratos de las vacunas, se presionó a la población para que se vacunaran, se hizo del miedo un arma psicológica, los medios de comunicación censuraron cualquier mirada crítica. Y lo que es peor, el escenario de la postpandemia es similar. Miren lo que sucede en Panamá, nos lo cuenta Jacqueline Probst, abogada y luchadora social: “Se cerraron muchos locales comerciales, y tenemos una crisis laboral que provocó que subieran los precios de la cesta de la compra, subió el combustible, y las personas no pueden mantener ese ritmo de vida. Paro muy elevado, el gobierno trata de solucionarlo dándoles un bono, regalando 120 dólares. Pero esa no es la solución”. ¿Les suena este panorama a los españoles? ¿Y a los argentinos? ¿Y a….? ¿Quién ordenó estas medidas – se pregunta la abogada -. Deben decir que la OMS. Personalmente lo dudo porque fui asesora jurídica del ministerio de Salud y los toques de queda y los cierres son medidas policiales, no sanitarias en el reglamento sanitario internacional vinculante para todos”.
Bien, así es la realidad panameña vista por una de sus abogadas más activas…
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