Esta es Virginia Ortíz, una mujer que vuelve a poner sobre la mesa el debate de quien tiene el derecho de elegir cómo tratar a tu cuerpo llegado el momento de una enfermedad grave. Virginia vive hoy atrapada en su cuerpo. La infección se apoderó de ella, la gangrena, y tras sufrir un tormento de problemas, ahora se enfrenta a la amenaza de quedarse sin piernas y sin una mano. ¿Tiene opciones de recuperarse? Quién sabe si se intentan. De nuevo los expertos en ozono aparecen como posibles salvadores. ¿Recuerdan el caso de Juan Fran Martí? A él no se lo negaron y se recuperó. Pero a Virginia, si. Los tribunales y el centro hospitalario donde está recluida, “atrapada”, dice ella, se lo han negado.
Harta de todo, la hermana de Virginia estudia con su abogado llevar a los tribunales a los directivos del hospital acusándolos de torturarla.
Susana, la hermana de Virginia, nos contará mañana cómo se ha llegado aquí.