Cuando la infelicidad viene de cara y la chepa está creciendo en nuestra espalda, a modo mochilero, no hay remedio ni carrera que nos aleje de la desgracia. Si, obscenamente, el rubio estatuado en oro se convierte en el meeting point de Gaza, lo mejor es secarse las lágrimas con una colcha de esos falsos billetes que el fElon bailarín Muskuandefecto desparrama por la destruida playa gazatí para que levanten el brazo los más entusiastas de la barbarie. Otros, los putinizados, se rascarán un huevo con la esvástica y sacudirán sus ladillas con drones de corto aliento, que llevarán una estrella de David tatuada en la nalga voladora. Los jinetes del Apocalipsis echarán carreras sobre caracoles por nuestros corazones y llenarán de boñiguerío resbaladizo nuestras arterias del vivir, a la espera de una mejora que contrarreste los efectos de esta peora que, a base de leches frías de foca ártica cabreada, tratamos de enfriar. Muy mala leche esa, aunque más templada que la que salió́ de la Conferencia de Yalta recién derrotado el nazismo, en el 45, donde Churchill se fumó́ un puro echándoles humo a los ojos a Stalin y a Roosevelt, para que, cegados, no se repartieran el mundo mundial sin contar con Europa. La historia va en moto, y en su retrovisor la península de Crimea nos cuenta una historia o un cuento repetible sobre la arquitectura de la paz. ¿Será Macrón y su diplomacia exquisita? ¿Será Merz y sus concomitancias rarunas? ¿Será Úrsula con su riberizado poderío democrático? ¿Será Frederiksen en un poco femenino bufido eruptuoso groenlandés? ¿Será Sánchez y su ansia tan urgentemente preclara como débil? Alguien ha de liderar el intento de salvar y poner en su sitio a Europa de las manazas grasientas del amarillo orovellocinado terremotrumpista. Mientras, a la sombra de la peora de los aranceles, de la peora de la calidad democrática, de la peora social, de la peora ambiental…de la peora para un futuro próximo más negro que el sobaco de un grillo en contradicción con la blancura de la escasa leche helada de foca polar y sus virtudes sanadoras, sufriremos un día a día repleto de contradicciones peligrosas y de amenazas feroces . Leche a leche hacia un sueño cada día empeorado de un posible mundo mejor para todos, a la espera de un milagroso cooperativo-necesario Plan de Acción Europeo de Defensa. «Hoy, esto más que un artículo, parece una mancha de churros con algo de chocolate y un corto vasito de esperanza para tragar suave”, me dijo, tras leerlo, el Boinas y a continuación, en un calculado despiste, se marchó́ sin pagar la consumición que sumaba tres vermuts preparados con unas gotitas de ginebra. (¿Se querría referir a la sede de la ONU con el teatral símil? A veces le da por hacer esos crípticos paralelismos viejunos, por comprar en los chinos juguetitos tontos que abandona en los bancos de los jardines para que jueguen los niños y por intentar demostrar que San Valentín son los padres. ¡Cuántas manías simultáneas! A la media hora recibí un WhatsApp en el que me recomendaba leche desnatada de sapo para la ansiedad. A veces pienso que el Boinas ya va camino del psiquiátrico y me lleno de pena.