La ingenuidad nos la han enfermado y ya todo es sospechoso. La zozobra se ha colado en la política y no hay remedio ni droga sanadora para ninguna variante de desimputación. Sus preocupantes fiebres judicializadas resisten los ibuprofenos desinflamadores y los tramadoles calmantes. Solo las navajas bien afiladas cortarían sin tino los agudos dolores de los bribones que nos traen estás feas -bodas de sangre- tan lorquianas y tan valleinclanescas. Un rejodido esperpento que se teatraliza con tintes de tragicomedia bufa, de la que no nos pide el cuerpo ser espectadores. Y los siempre inciertos medios retozando embarrados entre guerras, mentiras, bulos y escándalos escalfados en vinagres y huesos de difuntos, – en modo Haloween-, comprados “lejos muy lejos”. Nos marean, nos distraen y nos enfrentan porque así, emputecidos, somos más manejables y más mansos que cabestros en feria de indigentes. Celebramos, por todo lo alto, el conformismo que nos imponen durante cuatro años y, por todo lo bajo, la oportunidad de cambiar de defectos con nuestro voto en las urnas. Somos sus cómplices queramos o no, estemos desafectos o entregados a sus causas. Soportamos carne barata de cañón internacional que dispara albóndigas de civiles y niños muertos contra los mal diagnosticados cristales de las gafas que nos salvarían de la miopía que disfrutamos. Una miopía necesaria en lo patrio para soportar la visión de la estulticia galopante reflejada en sujetos tan babosos como el entrampador Feijoo , como el necesario macarra Sanchez , como la increíblemente estúpida Cuca, como la rocosa peñaza Peña, como el desaforadamente vulgar mentiroso Tellado sin semperizar, como la oxigenación triste de Pilar Alegría y ya, en el colmo de los colmos, el descubrimiento sorpresivo en el niño Errejoncito a un mierda seca de libro… Ejemplos de disparates dialécticos y de insultos justificados se suceden como para llenar diez vagones de trenes descarrilados. En este descarado basural alcantarillero, retransmitido con altavoz acoplado de silbidos, nuestra corta entendedera de humillados ciudadanos se ahoga irremisiblemente. ¿Nos merecemos tanto castigo por equivocarnos en nuestras decisiones políticas? ¿Es acaso la gobernanza pública el peor estadio de la estafa social? ¿España es el paraíso perdido de las contradicciones ideológicas? ¿Qué coños hacen estos sujetos con esa cutre impunidad de la que se invisten? ¿Para qué comulgar con lo increíble? ¿Tendremos que renunciar a los sueños por obligación o por devoción? ¿Debemos corear la canción del ay ay ay?…
» Las izquierdas se pelean por las ideas y las derechas se juntan por intereses” dijo el viejo y sabio Mújica. Le faltó añadir, por lo bajini, me dijo el Boinas tras su careto de “leonés beodo ebriaco” que, en esa contradicción, las masas navegan sin rumbo y a contracorriente de todo lo que los enmierda, y calienta ya sin apenas interés y sin apenas fuerzas para pelear. Lo mejor del fango termal es la capacidad de sus propiedades antioxidantes, le añadí.