Puré de patata sobre Monet y crema de tomate contra Van Gog para protestar por la desmedida sobrecarga del planeta. Así va la cosa y así la entienden en la culta Europa una patulea de activistas tan gamberros como cretinos. Pepita Tudo, condesa de Castillofiel, manceba antes que esposa del Godoy favorito del rey Carlos IV, fue quien encargó a Goya los cuadros de las majas. La vestida y la desnuda. Fue feliz retratándose en plenitud. Fernando VII, un real cambalachero disparatado, le confiscó la colección de arte al desaforado Godoy. En el Prado dos desgalichadas féminas -furibunditas jovenzanas sin un ápice de imaginación- se pegatinaron con cianocrilato para escenificar, ligadas a las dos majas, una demencial y tontiliqui protesta happening que Goya hubiera incluido en sus “Desastres” como un desatino más del aguatinta de moda. En algo se parecen estas dos estólidas low-cost al real bestia que propició la turbamulta de los –cien mil hijos de San Luis-. Me cacareó el Boinas por Whatsap: “Fernando VII fue el más cutre de los peores monarcas de las dinastías Habsburgo y Borbón. Ningún historiador habló nunca bien de su reinado ni de su personalidad. Fue un vulgar tirano que no se atuvo ni a las leyes ni a las normas. Nadie, ni entre los más irascibles ecologistas, hablará bien de estas dos “dislocadas por una justa causa”, que también sin atenerse ni a normas, ni al respeto por el arte, que es de obligado cumplimiento por pertenencia a la cultura universal, arrimaron sus afanes de notoriedad a los tranquilos -lienzos del genio aragonés – con desproporción histórica, sin puntería formal y con un éxito periodístico tan pompónico y esperpéntico como irrisorio. La vulgaridad y la falta de brillo en su pobre práctica plásticovisual fue estremecedora. La ley las castigará con poco o con mucho (¿Cuánto es poco y cuánto es mucho?). Diligentemente, sus papás pagarán horrorizados la multa para silenciar el hecho de que sus amistades relacionen inquisitoriamente estas -tonterías de niñatas consentidas- con su familia.” Dos amigas, militantes entre lo radical y lo soplagaitas, las invitarán a un barullito de influencers de la Gran Via sobre el tema de la libertad con perreo y sin médicos en los tascos que promociona la IDA como paradigma de la felicidad capitalina. Cuatro fotos del hecho luctuoso robadas a un video de Youtube decorarán sus habitaciones de revolucionarias de boutique y amarillearán con el tiempo cebado de dióxido de carbono con el que nos intoxicarán los sucesivos gobiernos cuando terminen sus guerras y todas las que nosotros hayamos perdido. ¡Que espectáculo tan poco edificante! El puré de patata sobre Monet, la crema de tomate contra Van Gog y el cianocrilato en los marcos de “las majas” no serán ni siquiera una desvaída anécdota para comentar ante la oscuridad cromática de un planeta que fue azul. El “Boinas”, siempre atento a estos primores de primera página, me recordó que “giramos alrededor de una bola de fuego ardiente y con sus llamas algún hdp encenderá su puro y se lo fumará como un campeonazo”. Estas dos ofuscadas chavalitas serán las primeras nicotinizadas por el inocente error de apuntar a la diana equivocada. El terrorífico 1,5 °C está muy muy muy cerca. Demasiado cerca. Lo dicho: “me quedo a cuadros”.