Gloria Fernández se ha ido a vivir a Molinos, en Teruel, en pleno Maestrazgo, un pequeño pueblo de 150 habitantes. Ha dado un decidido paso hacia el mundo rural. Para ella, a día de hoy, «la mayoría de las personas están viviendo como pollos sin cabeza y eso hace que estén enfermando”. Esa es una de las razones por las que ha cambiado la ciudad por el campo. Lleva pocos meses, pero ya sabe cómo buscarse la vida. Cuida de ancianos y «ha participado en un mercadillo en el que he vendido mis plantas medicinales, mis productos naturales de cosmética….»
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“En las zonas rurales se vive muy bien. Aquí, las personas que cultivan el campo y son ganaderos tienen entre 65 y 80 años”
“La mayoría de las sintomatologías que tienen las personas vienen de varios factores, y uno de ellos es el estilo de vida. La vida estresante reduce la calidad de vida”