“Manifiestamente mejorables” eran las fincas rústicas…. hasta la total ruina de su propietario. El PP ha convocado una manifestación partidaria de apoyo a la maltrecha figura de su líder, el nacionalista gallego que surgió de la bruma para intentar salvar el tambaleante tenderete. Para los que pudimos conocer esa época agitada de la Historia de España esta convocatoria tiene un algo de memoria histórica “vintage” de otra famosa cuando el caudillo ya muy deteriorado desde el balcón del Palacio real saludaba los manifestantes que llenaban la plaza de Oriente para mostrarle su inquebrantable adhesión pañuelos blancos en ristre.
Pero me parece, ideologías aparte, que hay una diferencia sustancial entre entonces y ahora: el patriotismo. Sí. Faltan sentimientos, faltan ideas, faltan hombres que las desarrollen.
A principios del siglo pasado Miguel Unamuno contestaría a cierta encuesta de Joaquín Costa sobre Olgarquía y Caciquismo de este modo:
“No tanto leyes cuanto personas, nos hace falta; no ideas sino hombres. Lo semejante engendra a lo semejante; las ideas no hacen más que ideas, sólo los hombres hacen hombres. Lo que ocurre es que el instrumento con que los hombres hacen hombres son las ideas, y que sin hombres no hacen ideas las ideas”
La palabra es el gran ariete contra el caciquismo y el despotismo, como lo es la prensa. Con ella el espíritu público toma conciencia y cuando hay conciencia pública el despotismo se debilita…sólo es menester que se purifique la prensa de su “politicismo”, que hable menos del personaje político tal y cual y de sus idas y venidas y tratas y contratos, sin comentar cualquier vulgaridad que se deje decir el personaje; que se haga más un vehículo de cultura general, que preste oídos a todos los ecos…”
Sí, el caciquismo y el despotismo endémicos se ejercen hoy con nuevas tecnologías. Y como ya explicaba Unamuno, y ahora está peor, mucha parte de culpa la tiene la degradada prensa española establecida actual, tanto la zurda como la presunta de derecha, que parece haber renunciado definitivamente a crear una opinión pública digna de tal nombre que es la base social de una auténtica democracia justa y progresiva.
El problema de la derecha española no es solo de fulanismos, es de ideas, de lo que ha sido y debe ser la nación española y de cómo actuar para fortalecer los legítimos derechos del pueblo. Y, por supuesto, de voluntad de aplicar esas ideas.
El PP es cómplice de este deterioro al que ha contribuido con su propia acción de gobierno y con su inacción presuntamente opositora. Hoy al aceptar el globalismo, la ideología woke, o la agenda 2030 es parte del problema que no de su solución. Mientras no se entienda esto me temo que habrá poco que hacer.
Una prueba teatralizada de ello es la última escaramuza con los humillantes pinganillos de sus señorías y el Borjita vasco de pura raza vasca perorando en ininteligible bereber indígena del Nervión. No es solo una anécdota desafortunada sino fiel reflejo de lo que opina de la Cultura española y de su instrumento, la lengua común. La imagen del actual deterioro moral, intelectual y político de la banda de Feijoo que cínicamente perpetra estas felonías mientras promueve que la plebe se manifieste en contra de ellas.
Para colmo, el PP se abstiene en la votación de la propuesta de VOX para tratar de impedir la entronización de los pinganillos. Otro escándalo vergonzoso. Siendo justos hay que reconocer que una diputada galleguista del PP, quizás ya “neuromodulada” la criatura, vota favor de los pinganillos. Es decir, el PP no sabe si está a favor o no de la medida de disolución cantonal pero se abstiene cobardemente de dar la cara como es su costumbre aunque deja que una diputada muestre su simpatía por la causa supuestamente enemiga.
Estas mañas recuerdan las de los ilustres tironeros de las Ramblas que mientras los cómplices se pasan el bolso que acaban de robar señalan a cualquier otro transeúnte: “Al ladrón, al ladrón”.
Al sarao auto ditirambo alabancioso del Partido Pusilánime han anunciado su asistencia muchos de los autores del desaguisado. Pero en vez de pañuelos blancos de petición de trofeos lo más coherente serían los verdes de devolución al corral por inservible para la lidia. Al menos mientras no haya nuevos encastes y propósito de enmienda.
Por mucha manifestación que convoque para disimular, el PP es una falsa bandera, forma parte del problema, no de su solución.