Por fin se ven los contratos que Pfizer, Sinovac, Astrazeneca y Cansino firmaron con un gobierno, en este caso el ecuatoriano. ¿Se acuerdan de que la UE entregó un contrato con Pfizer a un grupo de eurodiputados, pero que tenía todas las líneas tachadas con un rotulador negro? Hasta la UE ha participado en el secretismo que envuelve a estos contratos.
El contrato ecuatoriano demuestra lo que se había comentado: que hay cláusulas de confidencialidad entre el gobierno y las multinacionales farmacéuticas. Por otra parte, lo normal es que en un tema tan delicado haya cláusulas de responsabilidad sobre las vacunas; sobre todo teniendo en cuenta que eran unas vacunas experimentales, y el contrato demuestra que estas empresas, efectivamente, carecen de responsabilidad, pase lo que pase.
Uno de los firmantes de los contratos es un consorcio de empresas relacionadas con las vacunas que actúan bajo el nombre de GAVI, que está controlado por la Fundación de Bill y Melinda Gates. Los ciudadanos ecuatorianos, que han conseguido lo que nadie pudo hasta ahora, acceder a los contratos más buscados de los últimos años, se quejan no obstante de que lo entregado es un documento parcial, que hay más que ver y saber, y trasladar a la opinión pública. Como, por ejemplo, saber si está aislado el virus. “El problema es que se hizo un aislamiento en computadora. Ellos contestan que a principios de 2020 China publicó una información, pero no nos dan ni un link, ni han hecho pasar esa información por un notario para que certifique que es auténtica. Así que trataron de tomarnos el pelo y de decir hemos cumplido”, comenta nuestro invitado.
Pero dejemos hablar al abogado…