“Las grandes farmacéuticas tienen abducidos a muchos médicos”
El doctor Juan José Martínez lleva 18 años “pagando” para ir a Bolivia a echar una mano, a operar quirúrgicamente a personas que viven en casas de adobe y paja, en los ríos, en la selva amazónica, enfermos a los que traen hasta la ciudad, San Ignacio de Moixos, caminando, en canoas, en motoras… Este año, en 9 días laborables, él y su magnífico equipo, todo corazón, un corazón latiendo al unísono, han hecho 112 intervenciones. Más de 12 diarias en jornadas larguísimas… 97 personas, de ellas 3 niños, han salido adelante, han vuelto a sus casas en los ríos amazónicos. Vuelven doloridos, pero contentos, ya no tienen piedras en las vesículas, ni lipomas con 750 gramos de grasa, ni “hernias que jamás imaginé existieran”. Aquel coloso de hernia pertenecía a doña Justa, una mujer mayor a quien además hubo que repararle el defecto que tenía en la piel, la tenía muy cedida. “Tenía tanta que podía hacerse un bolso”. Y es que, matiza nuestro buen doctor, como no se pueden operar las patologías éstas están muy evolucionadas. Los enfermos se van contentos, tras tantos meses de padecimiento, por fin le sonríe la vida.
El doctor Martínez, que ejerce en Irún, hospital en el que hay de todo y para todos, ve bien que se establezca este tipo de medicina “como asignatura a realizar por todos los estudiantes y residentes”. Es una práctica que se hace solo y exclusivamente con la idea de ayudar a otros seres humanos que carecen de medicinas y hospitales, que viven en dificultades. Es una práctica que otorga dignidad a los médicos que lo dejan todo, también sus vacaciones, para pasarse 12 horas al día en el quirófano.
Y ya que estamos, quien quiera apuntarse a este grupo de gente fantástica puede informarse de cómo hacerlo en www.doa.net. DOA quiere decir “Todos por la Salud”, añade nuestro buen doctor, un hombre, un médico con corazón, un profesional que empieza a escasear en este mundo digital en el que nos van obligando a entrar con prisas.
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