Es endocrinólogo, pasó por las universidades de Granada y Valencia y la especialidad la hizo en Heidelberg, Alemania. Lleva un tiempo retirado y el año pasado el COVID 19 atacó a su mujer. Fue un momento dramático en sus vidas porque ella debía ingresar en un hospital para tratar de librarse del virus. Ambos sabían que si lo hacía podía darse el caso de que no volvieran a verse. Pero hoy están felizmente juntos. ¿Cómo lo han conseguido? Nos lo cuenta el doctor.
ENTREVISTA EN VÍDEO
CLAVES DE LA ENTREVISTA
Me llamó un compañero cuando mi mujer se puso enferma y me dijo: “Oye, yo tengo una cosa que puede que le vaya bien a tu mujer, y es el dióxido de cloro”. Eran las 10 de la noche y me fui a buscarlo donde vivía ese compañero y encontré dos botellitas en la puerta donde me las había dejado. “¿Y ahora qué hago?”, le pregunté después. Pues mezcla una con otra y…. Era clorito sódico y ácido clorhídrico. Hice la mezcla, conseguí el gas, lo disolví en agua, en un litro de agua, y empecé a darle a mi mujer eso a las 10 de la noche y hasta las 12 de la noche, dos horas. Ella tenía 40 de fiebre y una tos irreductible, tremenda, y toda la sintomatología florida del COVID. Y al día siguiente por la mañana tenía 37 de fiebre y le dije:”Bueno, por la tarde subirá otra vez, no es posible que esto se haya ido de golpe”. Pero por la tarde tenía 36. Ya no tuvo fiebre. En 24 horas le quitó la fiebre, desapareció la tos misteriosamente, aún se me pone la carne de gallina, los pelos de punta, cuando pienso en esto porque fue fulminante la mejoría.
Posteriormente le hice un análisis de anticuerpos para estar convencido de que era el COVID y sí hubo anticuerpos al COVID, de manera que sí ha sido un diagnóstico clarísimo y un resultado fulgurante.
Aposté por el dióxido de cloro por el consejo del compañero y la desesperación del momento. Yo le dije a mi mujer: “A lo mejor hay que ingresarte” Y se puso a llorar y dijo: “Ya no te veré más. Yo no me quiero morir en el hospital, me quiero morir aquí, contigo2. Y claro, ante una situación así le das lo que sea.
A pesar de haber sido un médico totalmente académico no he sido de esos que solo lo que me han enseñado en la Facultad es útil para los pacientes. He estado abierto a cualquier tipo de terapéutica que pudiera ayudar a mis pacientes.
Como somos malditos los que hemos probado esto y no podemos decirlo abiertamente mi compañero me pidió que no le nombrara porque, dijo, “lo mismo me cierran el despacho o me pone un problema el Colegio de Médicos”.
Yo ya conozco aquí a médicos que lo están utilizando. Yo, posteriormente, después de haberlo utilizado con mi mujer lo utilicé con mi hijo y con toda la familia de mi hijo porque todos se contagiaron. Les dije cómo tenían que conseguirlo y que lo tomaran. En tres días no hubo nadie enfermo en la casa. Es algo asombroso.
Lo único que dicen los que están en contra del dióxido de cloro es que es tóxico. Yo me río de la toxicidad. Cualquier medicamento es tóxico si no se utiliza en la dosis adecuada. Cualquiera nos mataría.
Estoy tomándolo ahora mismo desde hace varios meses. No tengo ningún efecto secundario, no tengo nada, absolutamente nada, ni nadie de los que ha tomado. Tengo también tomándolo de manera preventiva a amigos en Alemania. Uno de ellos lo hace en pulverizaciones, hace una nebulización nasal, se echa en la boca, y sale tranquilo a la calle.
Si he llegado a la conclusión de dar esto es porque previamente mis amigos me han preguntado qué haría yo. Mis amigos me llaman y me preguntan cuando tienen alguna dolencia o algún problema, independientemente de que vayan a sus médicos porque están en Alemania.
Han comprado dióxido de cloro por Amazon. Yo no sé cómo es el dióxido de cloro de Amazón, la verdad es que no lo he tenido en mis manos. Me han leído el prospecto y las características y me parece que es correcto.