Lejos de sentirse acorralado por el coronavirus y por quienes quieren coartar nuestras libertades, el doctor Luis Benito, médico especialista en el aparato digestivo, decidió alzar la voz, decir más que nunca lo que pensaba, incluso denunciar sin miedo lo que estaba y sigue sucediendo. Porque sigue muriendo gente debido la plandemia, a la inopia, cuando no corrupción, de las autoridades, incluidas las médicas. Con ustedes, el doctor Luis Benito, una persona lúcida y decidida, y muy querida en las redes sociales. Le siguen miles… Siempre son bienvenidas us lúcidas homilías.
….
¿Será posible una modificación genética que haga que el individuo deje de ser humano para convertirse en un objeto propiedad de una empresa?
¿Qué es eso de un medicamento para todos? ¿Cuándo se ha visto? La tarea del médico consiste en discriminar. Pero los colegios de médicos han dejado que quienes prescriban las vacunas sean los políticos. Mientras, los prospectos de las vacunas siguen diciendo que están sometidas a prescripción facultativa.
La OMS dice que a finales de 2020 hubo en el mundo 1.600.000 muertos y no había vacunas. Pero termina 2021 y con vacunas la OMS dice que hay 6 ,5 millones de muertos por COVID y entonces decimos ¿qué han hecho las vacunas?
El control sobre lo que se ha puesto y a quien es inexistente. Lo dijo Laporte Roselló en el Congreso, que se están haciendo cosas muy mal. Lo dijo en 12 puntos incontestables.
VÍDEOENTREVISTA
CLAVES DE LA ENTREVISTA
El coronavirus va a sobrevivir a la especie humana y está llamado a entenderse con los seres humanos. Lo que sí ha habido es mucho aprovechamiento por parte de los actores de este teatro del coronavirus.
No creo que la vacuna haya erradicado nada. El problema que sufrimos en primavera de 2020 probablemente dejado a su evolución natural hubiese dado bastante mejor resultado.
Hay un cliché periodístico que dice que las vacunas han funcionado, han salvado vidas, hay menos COVID, y no es verdad. Estas vacunas no han hecho nada para mejorar la inmunidad de las personas frente al coronavirus. La inmunidad se había adquirido de forma natural a finales de 2020 prácticamente por toda la población española simplemente por contacto, por contagio. Con mayor o peor fortuna, a algunos les desencadenó una tormenta de citoquinas, les activó demasiado el sistema inmunológico, se murieron, y otros no, lo pasamos casi sin darnos cuenta.
Los resultados están ahí. Pasamos del 97 por ciento de eficacia al 70 por ciento, no perdón, es del 40 por ciento, no, ni el 20 por ciento. Y luego se reinfectan, estamos viendo gente con terceras dosis que vuelven a coger estados gripales o catarros que dicen que sigue siendo COVID. Ahora estamos viendo que son problemas derivados de esos pinchazos que supuestamente venían a salvar a la población. En conjunto, las llamadas vacunas no han disminuido la afectación por coronavirus, han perpetuado más el problema.
La OMS dice que a finales de 2020 hubo en el mundo 1.600.000 muertos y no había vacunas. Pero termina 2021 y con vacunas la OMS dice que hay 6 ,5 millones de muertos por COVID y entonces decimos ¿qué han hecho las vacunas?
Los medios de comunicación dicen: “las vacunas salvan vidas, salvan vidas, ha funcionado ¿Qué ha funcionado?” Realmente la gente que se ha pinchado está más protegida? ¿Se ha infectado menos? La respuesta es que no.
Llevamos un año poniendo vacunas y ha habido un incremento de mortalidad no esperada en todos los países de la UE donde más pinchazos se han puesto. Otra cosa es cómo relacionarlos. Pero se dan casos de ictus con 30 años… y niños que… Todos conocemos gente que ha sufrido algún problema después de haberse vacunado: deterioros cognitivos, pérdidas de visión, o irse a la UCI, como algunos famosos. Hemos sido engañados desde el porcentaje de eficacia a la seguridad.
Con el tiempo hemos ido viendo que esto viene urdido u ordenado desde fuera del país, sobre todo cuando ves a los distinto gobernantes de cada país decir lo mismo, actuar de la misma manera, ordenar las mismas pautas.
Existe un intento de globalización y de poder mundial y de unificación. No me extraña que se proponga la OMS como ministerio de Sanidad Mundial porque va en esa línea. La pretensión es que haya un gobierno mundial. El afán de los promotores de esto es que desaparezcan las fronteras. Y reducir población, que también lo han dicho, se habla de eliminar un 70% de población. El 30% que quede estará sometido, lógicamente.
El que se pretende es un cambio muy grande en el mundo. Lo promueven los señores del mundo. Unos lo dan por hecho y otros lo ven como algo conspiranóico.
Creo que el debate de las distintas vacunas y viales es interesante. Es, de hecho, el debate estrella de algunos grupos como La Quinta Columna, o de Pablo Campra. Yo como médico clínico me he querido mantener al margen de esa polémica. Tengo poquito interés en lo que hay en las vacunas. No tengo tiempo para indagar en saber qué contienen. Aunque sí que debo saber qué se han metido mis potenciales pacientes. No lo sé y considero que es muy difícil saberlo porque hay muchas marcas de vacunas – los viales que se dice han analizado tienen una dudosa procedencia, no te los han dado los laboratorios, los habrán obtenido de una forma un poquito ilegal -, y porque no todos los viales deben de tener lo mismo. No sabemos si hay lotes placebo.
Qué contienen las distintas vacunas es una competencia de las autoridades sanitarias. Para eso están ustedes, para decirnos qué se está poniendo la población, qué se está introduciendo en el cuerpo de las personas. Las autoridades deben velar por la salud de las personas. ¿Y qué nos dicen sobre esto? Que los dirigentes de la nación han firmado con las multinacionales que éstas les van a vender unos productos – que no dar -, que las autoridades no tienen derecho a examinar, a saber lo que contienen, y que se la van a poner a la población. Pues eso es exactamente lo que está pasando. La gente tendría que decir, “¿Autoridades, qué nos estáis poniendo?” Es secreto.
No le quito mérito a los particulares que investigan en los viales, pero cuando se pongan delante de un juez le van a decir ¿Este vial de dónde procede?. Pues son robados, o… Aunque esté muy bien hecho el análisis veo peligroso utilizar procedimientos delictivos para probar un hecho delictivo. A mí, como médico, no me va a decir un particular qué contienen las vacunas.
En mi vida he visto un virus, pero no trato virus, no trato PCR, yo trato pacientes. Y alguno salían adelante y otros se morían. Entonces, en la primavera 2020 si me creo que hay una enfermedad infecto contagiosa de tipo viral. Luego la gente empieza el aislamiento, las mascarillas, la gente empieza a hablar de las autopsias, que también magnifican mucho, y luego publican unas imágenes en las que supuestamente está el virus. No se si son reales. Y luego está que se le pide a las autoridades que nos dé el virus. Y nos dice: “No, el virus no está”. Jarrazo de agua fría. Pero no está en ningún país. Entonces ¿existe el virus o no? Tengo mis dudas. Pero de lo que no tengo ninguna duda es que hay pacientes que tienen una patología. ¿Cuál es la causa? Pues aún siendo una explicación poco convincente me quedo con ella mientras no haya una mejor. No me basta con decir no hay virus, no hay infección, no hay enfermedad. Hombre, yo veo pacientes.
En la consulta vi gente a la que se le pegaban objetos.¿Guarda explicación con la vacuna? No tengo ni idea. Pero si que constaté en algunos casos que se les pegaban en la piel a algunos pacientes. Pero me parece anecdótico en el contexto de la gravedad que vivimos.
¿Qué es lo que a uno le pinchan? Porque creo que no es lo mismo lo que le pinchan a todo el mundo. No menos importante es la cantidad que se inocula. No es lo mismo que te pinches una vez, que dos, que tres. A los niños le ponen un tercio de lo que se le pone a los adultos. Luego está la tolerancia que tenga cada uno a la vacuna, que es muy variable. No va a caer igual a un niño que a un adulto, que a un mayor, que a una persona que haya pasado una hepatitis… Entonces, intentar generalizar no es prudente. Y ojo, estamos asistiendo a los efectos secundarios a corto plazo y ya hay muchos fallecidos.
Mucha gente no tiene constancia de qué es lo que le han puesto. Una de las dificultades que tienes cuando vas a notificar reacciones adversas es que preguntas cuál es el lote y te dicen que no saben. El control sobre lo que se ha puesto y a quien es inexistente. No se está llevando un control, lo dijo Laporte Roselló en el Congreso, que se están haciendo cosas muy mal. Lo dijo en 12 puntos incontestables. En cuanto a farmacovigilancia lo estamos haciendo muy mal.
No ha habido un debate científico. He dicho en varios medios que llevo año y medio dando la brasa con esto que estoy diciendo ahora, y todavía a día de hoy no he encontrado ningún médico asistencial que me diga que lo que estoy diciendo es mentira. Podrá gustarles más o menos lo que estoy diciendo, pero no me han dicho que sea inexacto o mentira. Porque si me demuestran que lo que estoy diciendo no es cierto, no tengo inconveniente en retractarme.
En los sitios donde trabajo me llevo muy bien con todo el mundo. No he tenido ningún problema.
El que ya tiene la inmunidad adquirida de forma natural no necesita la inmunización artificial. ¿Qué me va a dar la vacuna que no tenga yo ya? Cuando llevo todo un año viendo pacientes que me han tosido, que… Si a estas alturas no he cogido yo el coronavirus, ¿qué me va a dar la vacuna? Yo ya tengo inmunidad. Toda esa gente que a finales de 2020 ya tenía inmunidad no tenía ninguna necesidad de vacuna. Ninguna. De ningún tipo de vacuna. La culpa de que se haya hecho la tienen las instituciones médicas, que son las que tendrán que dar la cara dentro de poco por los efecto secundarios que está teniendo la población.
¿Qué es eso de un medicamento para todos? ¿Cuándo se ha visto? La tarea del médico está en discriminar. “A usted sí le procede, a usted no le procede, y usted lo tiene contraindicado”. Y aquí nos encontramos con que lo prescribe el gobierno y las autoridades, no los colegios de médicos, ningún médico ha prescrito nada. Mientras, los prospectos de las vacunas siguen diciendo que están sometidas a prescripción facultativa. Es decir, que los colegios de médicos que se han creado para velar por la pureza de la profesión médica dejan que prescriban las autoridades. Hasta las compañías de seguros se han retirado, no van a cubrir ningún tipo de demanda ni para los médicos ni para los afectados por las vacunas.
Una de las cosas que ha tenido este experimento social es fomentar la desconfianza en las relaciones personales. “Fíjate, aquel sale sin mascarilla”- “Cuidado que los nietos no se junten con los abuelos, que los pueden matar…” “No os deis abrazos…” Y también en una relación médico paciente, que siempre se ha asentado en la confianza. Se ha dejado a los pacientes a los pies de los caballos porque esos medicamentos no son para todo el mundo, si es que es para alguien… ¿Y qué hacen los pacientes? Irse a Google. El 40 por ciento de los diagnósticos están hechos por internet, lo cual genera más hipocondria y más miedo.
¿Será posible una modificación genética que haga que el individuo deje de ser humano para convertirse en un objeto propiedad de una empresa? ¿O forma parte eso de una elucubración legal que dice: “Mire, usted cree ser el mismo, pero en realidad pertenece a tal?”. ¿Si usted se toma una aspirina es propiedad de Bayer…? Podría ser que eso dijera la ley de patentes, pero entonces será por una prescripción legal, no porque yo me transforme genéticamente.
El objetivo realmente era meter miedo para justificar la restricción de libertades. El que no tiene miedo es una nota disonante y es peligroso para la sociedad. Una persona sin miedo puede poner en peligro al resto de la población. Una persona que no ha querido pincharse es un psicópata social. ¿En qué pongo yo en peligro al resto de la población, me lo puedes decir?
Las nuevas generaciones, si no pelean contra ellos, no van a saber siquiera que son esclavos. Se les van aumentando las paredes de la jaula y no perciben que están enjaulados. Se va hacia el crédito social, como en China, donde te dan puntos si eres bueno. Se trata de conseguir un control total de la población: lo que piensas, lo que dices… Ahora estamos en el comienzo, pero va encaminado a eso. El pasaporte COVID ha sido un experimento de lo que es el crédito social.
Ivermectina creo que he hecho dos recetas, a petición de alguien, y el dióxido de cloro ni sé como se prepara ni cómo se consigue. Sí que es cierto que muchos pacientes que vienen a la consulta dicen haber superado sus crisis y que les vale para todo, que el dióxido de cloro les ha salvado de infecciones respiratorias, de infecciones intestinales, de problemas oculares, de otitis, almorranas… Yo, experiencia personal no tengo ninguna. Cuando una persona me dice que eso le ha funcionado, me alegro. No he visto gente con efectos secundarios por el uso del dióxido de cloro, salvo un par de ellos o tres, poca cosa, que se los atribuye. Me genera un cierto recelo el grado de buenismo que tienen, que vagan para todo.