No es de extrañar que el ministro Puente, encargado de la cartera de Transportes diga que los incendios en los trenes son normales y que tenemos que acostumbrarnos a estos y otros incidentes si tenemos en cuenta que en el Consejo de administración de Renfe estaba como altísimo ejecutivo un espécimen como Koldo, cuyo bagaje profesional para tal cargo era haber sido portero de una casa de putas. Supongo que su cometido, dada su facilidad para resolver conflictos como demostró siendo encargado de accesos de una discoteca y por los que fue juzgado y condenado, su ocupación en la empresa ferroviaria tuviera que ver con el Departamento de atención al cliente, sección reclamaciones. Lo que no se es si tomaba notas con un bolígrafo o atendía esas reclamaciones con el hacha con el que como bravo titán aizkolari (Sánchez dixit) partía árboles.
Lo de colocar gente hiper preparada en puestos relevantes no es ni nuevo ni original. Recordemos que las cajas de ahorros cayeron (para júbilo de la banca tradicional que se quedó sin competencia), gracias a la ineptitud de sus consejos de «administraicion» en lis que ocupaban sillón y sueldo ineptos políticos de segunda fila de varios partidos y ágrafos sindicalistas que sabían de banca lo que Pedro Sánchez de honor y dignidad. Entre unos y otros se dedicaron a conceder créditos a partidos y a políticos sin ningún tipo de aval y sin que, desmemoriados ellos, se acordaran luego de exigirles no ya los intereses sino las mismas devoluciones de las mil millonarias cantidades otorgadas.