Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor”. Lo dejó escrito Jacinto Benavente, y se comprobó tras la rotunda voz de las urnas con el PSOE sanchificado y las izquierdas mosqueadas. Hoy, para escribir este artículo, me he vestido muy masculino, porque he soñado que presidía la primera convención leonesa de trans y allí, rodeado de sufrientes, me había cebado en agredir verbalmente al facherío que intentaba imponer su ley garrotera a la sombra de la catedral y sus obispos buhoneros. La disfunción “electil” tiene este tipo de secuelas nocturnas. Entró también de refilón, vestido de butifarra con señera en mi sueño, ese cretino waterlizado que tiene la llave que antes tuvo un enano manguirulo para que nuestro país fuera gobernable, y mucho me temo que esas peligrosas gamberradas sin seny y sin castigo repitan curso. Viene a cuento un chiste suelto y pésimo de cuando mis hijos eran pequeños: “Qué pasa si tiras un pato al agua? — Nada”. Lo mismo es aplicable a la –gilipolítica- adulta con este sujeto peludo sin peine si no pretende además ser adúltera. NADA. Entre las elecciones y las erecciones hay un sinfín de tamaños y medidas de práctica solución. Una elección es buena si conviene por igual a los electores en litigio y una erección es buena si consigue satisfacer al que la mantiene y a quien la disfruta. En ninguno de los dos casos valen preservativos catalinizados a calzador que como dicen algunos -es como comer los caramelos sin quitar el envoltorio-. Ese truño colgado de ley sin conciencia en las triquiñuelas jurídicas, donde los paletos de su calaña se cobran sentido vértigo del equilibrio de un estado, son como el otro chiste malo sobre -las nadas- que les soportamos a esta recua indepe de pacotilla, sin respeto para con todos los que salimos a votar acalorados para darle espalda y matarile parlamentario a los cavernícolas derechosos: — ¿Qué hace un pez mago? Nada por aquí, nada por allá.– Pues que le den con el TODO a este taumaturgo prestidigitador sin conejo en la chistera por el puto 155 culero si no se atiene a la necesaria necesidad democrática que nos haría más libres, más europeos y más encaminados al progreso, dejando alejarse la inteligencia de estado (con todo respeto) que precisamos para con esos 4000 indepes sin amnistiar que, como los piojos, molestan nuestras picorosas cabezas, tan dadas al razonable razonamiento de gentes normales y corrientes ( en busca de cohesión nacional a costa incluso de desacuerdos estratégicos ). No me marcho de esta -casi urgente- página sin recordar uno de los más inteligentes chistes de 2017 en el que Juanma del Álamo comparaba el viaje del enredador fugado Puigdemont con la película La Terminal. «Un hombre queda encerrado en el aeropuerto de Bruselas y no puede regresar a su hogar pues su república no existe».