Los llamó de todo, los empelotó, los puso frente al espejo y, además, los vaciló sin despeinarse. No fue Puente a poner puentes, sino a dinamitar la sarta de falsedades que Feijóo vertió desde el estrado para su falsa investidura. Y lo hizo, porque había que responder con balas de gran calibre a una demagogia de corral, donde el aspirante, muy gallito caponato, se atrevió a arrancar sus argumentarios cacareando que -no gobernaría porque no quería-, a sabiendas de que, si conseguía los votos de Junts, se le bajarían del carro los de VOX, y perdería más votos que “el que asó la manteca en el dedo”. Lo mejor que puede tener ser un perdedor es tener poco o nada que perder. Ni siquiera la vergüenza. O este individuo gallego de solemnidad vive en un mundo ideal, fronterizo con los mundos de Yupi, o somos el común de los mortales quienes vivimos en otra dimensión, lejana a los que acompañaron al “falador loser in pectore” en la manifestación de la plaza de Felipe ll. Les faltó que, como en el Novecento de Bertolucchi, se acompañase de música de Verdi a ese bufón jorobado Rigoletto de la corte del Duque de Mantua, que podríamos ver encarnado en un decrépito y oculto Aznar. (Recuerden y comprueben la similitud del cartel de la película y la foto de la llegada al hemiciclo de los palmeros arropando a su líder, escoltado por la cuca Gamarra y el cuco Bendodo). Y así, entre turra y turra, con la alevosía de lo fallido y la poca alegría de la discusión formal de bareto de provincias, el de Ourense se encaramó a su maltrecho ego en el estrado para desde allí rebuznarnos que eran “él o la amnistía”, o “él o Puigdemont” , según el párrafo que sus asesores le hubieran escrito y que, inarticuladamente, soltaba a discreción, haciendo bien entrenadas pausas para las ovaciones de su bancada, que jaleaba sus -despropósitos con propósito- y sus -trampantojos dialécticos-. Puente, “water under the bridge”, que dirían los ingleses, ahora que las aguas han pasado, estará preparando su nueva versión de estrella mediática socialista, que se consagró, descolocando a los peperos de pro, con una frase que rompía las tres horas de discurso del reiterativo jefe de la oposición: “De ganador a ganador”. Sus próxima y esperadas diatribas contra este sujeto en modo trolerito de pico recortado nos deparará titulares, a buen seguro, más divertidos y agudos todavía. Lo bronco, aunque no sea lo más correcto parlamentariamente, es necesario cuando se retuercen los argumentos tan malamente, que una investidura se cuaje en alta cocción convirtiéndose en una pésima moción de censura para salvar los muebles por encima del fracaso de ser desvestido y no investido. Los que nos consideramos muy macarras y nos mola el subidón adrenalínico, ya hemos hecho hueco en la agenda, para disfrutar en directo el cinematográfico Oscar, sobre la alfombra que no quiso pisar Sánchez para dar más tensión al guion de esta fatal película.
Una vez mas el Señor Toral esta muy acertado en su comentario,pues quizás el partido socialista apostó hábilmente por la figura de Oscar Puente para la replica al nuevo sosomen,quizás pensando que la gracia e ironía del pasado edil vallisoletano seria del agrado de la bancada gaviotera y digo esto porque el antiguo portavoz de ellos el Sr Hernando con su mordaz y venenoso verbo les hacia sujetarse sus marcados abdominales,pero ahora a lo mejor pasada la euforia del presunto éxito arrasador a lo mejor están mas tristes y no comprenden el soplo de aire fresco que endulza la acidez tediosa del largo y repetido»vamos a contar mentiras» viendo si así algún somnoliento parlamentario equivoca su voto.
Por si faltaba algo oía una critica supuestamente graciosa aunque mas bien insultante de el iluminado Losantos,llamando aprendiz de homo erectus y simio actualizado al orador Oscar Puente,eso dicho sin pudor por el nuevo Adonis de la comunicación nacional.
Para terminar gritar el gallinero conservador cobarde al Sr.Sanchez es de sainete,seria como hacerlo con Gutierrez Mellado,Suarez o Carrillo el nefasto 23f,es decir al menos este candidato ha demostrado estar en primera línea de todos los desastres que le ha tocado lidiar y no ha puesto una escusa ante un debate importante alegando lumbalgia o quizás se equivoco en el diagnostico ,algo habitual y seria colitis.