
Buscando dónde se encuentran los grandes profesionales del CDS o dióxido de cloro, hemos aterrizado en La Paz, Bolivia, ciudad en la que trabaja el doctor Martín Vargas, médico clínico especialista en cuidados paliativos y en el dolor, además de ser el director del Hospital Militar Central, una instalación sanitaria donde se utiliza con normalidad el dióxido de cloro. “El CDS – puntualiza Vargas -, lo utilizó desde hace tiempo, pero desde el 2020, mayo, junio, lo utilizo en el hospital para el COVID. Tenemos pacientes con tratamiento ambulatorio, pacientes internados en sala de COVID, segunda fase, y también pacientes en terapia intensiva”. ¿Están locos los dirigente militares bolivianos, así como sus ministros de Sanidad y Defensa, además de su presidente dejando la salud de sus militares en manos del dióxido de cloro? Pero si las grandes agencias sanitarias del mundo, más la OMS, lo acusan de ser tóxico además de no servir para nada, sanitariamente hablando. Veamos lo que nos cuenta el doctor Vargas, el máximo responsable de lo que ocurre en este hospital.
ENTREVISTA EN VÍDEO (El sonido no es óptimo. Disculpen las molestias)
CLAVES DE LA ENTREVISTA
Nosotros abordamos el COVID casi exclusivamente con dióxido de cloro, aunque en algunos pacientes hemos utilizado el DMSO más dióxido de cloro. El DMSO se utiliza antes para que el dióxido de cloro tenga más potencia. Lo hacemos dependiendo del tratamiento, si es por vía oral, endovenoso o tratamiento tópico.
Con el CDS hemos tenido muy buenos resultados sobre todo en fases iniciales: fases 1,2 y 2A, aunque también en terapia intensiva hemos tenido buenos resultados con algunos pacientes. En terapia intensiva es más complicado.
Cuando iniciamos la primera ola presenté un proyecto a la dirección del hospital, entonces yo era jefe de planta, y se organizó un comité de emergencia porque estábamos en plena ola y se aprobó su utilización protocolizada en pacientes ambulatorios e internados del hospital. Todo bajo consentimiento informado.
La doctora Patricia Callisperis nos planteó la posibilidad de hacer un ensayo clínico en el hospital y en el seguro militar. Un ensayo así lleva mucha preparación previa, el cumplimiento de ciertos pasos, como es la progresión de todos ellos dentro del comité del hospital, en el comité de la Agencia Nacional de Medicamentos de la Paz, en la regional y en la nacional, y en el Comité de Bioética Nacional, que es del Ministerio de Salud. Hay que cumplir estos pasos, que todo esté aprobado para que el ensayo clínico se lleve a cabo. Aún no se ha logrado la aprobación completa en el Comité de Bioética Nacional. Los temas burocráticos lo están retrasando, pero lo vamos a lograr.
Tenemos mucha experiencia con el uso del dióxido de cloro en el tratamiento del COVID. No solo nosotros trabajamos con él, hay bastantes equipos en el país que trabajan también, en La Paz, en Cochamba, en Santa Cruz… y están mostrando muy buenos resultados, pero mientras no se lleve a un ensayo clínico estas evidencia todavía son pseudocientíficas. Sin embargo, hemos ayudado a muchísimas personas, tanto en el hospital como en el ámbito privado.
En los estadios iniciales del COVID hacemos tratamiento complementario al convencional – hablo fuera del hospital -, porque la mayoría de las personas ya han iniciado un tratamiento convencional con algunos médicos que nos consultan para hacer un tratamiento con dióxido de cloro. Son pocos los pacientes tratados exclusivamente con dióxido de cloro. Son pacientes en los que el tratamiento convencional no está funcionando. La recuperación depende del paciente, de su edad, de su sexo, de si tienen o no enfermedades de base… A las 48-72 horas podemos ver que hay clara mejoría con el dióxido de cloro tomado por vía oral. Si es endovenoso la respuesta es rápida, en 24 horas, inclusive el mismo día de iniciado el tratamiento de cloro se ve la mejoría, el paciente empieza a saturar mucho mejor el oxígeno. En un término de 5 a 7 días un paciente con estadio inicial está fuera.
Trasladarlo todo al ámbito hospitalario sería genial porque ahorraría mucho dinero al seguro. Pero hasta que no se lleve a cabo el ensayo clínico los tratamientos dentro del hospital siguen siendo en cierta manera restringidos.
En la primera ola había una gran aceptación, y en la segunda, pero en la tercera ha disminuido la demanda del tratamiento con dióxido de cloro. Aunque en este momento tenemos en sala a pacientes con dióxido de cloro y también en terapia intensiva complementarios al tratamiento convencional.
Cuando nosotros vemos a los pacientes en etapa inicial internados la mejoría es muy clara con respecto a los tratados por tratamiento convencional más dióxido de cloro. Es peor con aquellos pacientes que están siendo tratados con el convencional solo.
2 Comentarios
EN MI OPINIÓN SON MUY BUENOS LOS RESULTADOS CON EL DIÓXIDO DE CLORO. !! LOS FEKUXYDSU DE VERDAD. !!! SIGAN ADELANTE CON SU PROYECTO..!!
Dióxido de cloro, bicarbonato sódico, peróxido de hidrógeno, ozonoterapia, vitamina B17 (laetril), todo ello consiste en oxidar y alcalinizar.
Pero el uso terapéutico de estas sustancias es ocultado e incluso prohibido a la población. Porque de algo tiene que vivir el sistema sanitario y su actividad se desarrolla en la enfermedad. Como más enfermos más clientes potenciales habrá.
La ozonoterapia puede ser sustituida con ventajas por el dióxido de cloro. Cosa que el médico que la vende negará.
El dióxido de cloro puede ser sustituido con ventajas por el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada de grado alimenticio). Entre sus ventajas el hecho de que puede ser nebulizado y adquirido a bajo precio en cualquier farmacia.
El bicarbonato sódico tiene un efecto alcalinizante sobre los tejidos mucho más rápido que el dióxido de cloro. Con la ventaja de tener una toxicidad cero y ser de fácil adquisición.
Cosas ambas que el vendedor de dióxido de cloro también negará u ocultará.
La plata coloidal tiene un poder antivírico similar al dióxido de cloro y se puede producir en casa a coste cero. Los que pretenden salvar a la Humanidad del covid vendiendo sus productos se olvidan intencionalmente de ella.
Mientras la salud pública dependa de los mercaderes y los funcionarios públicos, tendremos siempre los mismos problemas de ocultación de información válida y de desinformación masiva con el objetivo de impedir la plena salud de la población en general.