No me gusta la gente que cree que todos los que no piensan como ellos son bobos. Por eso no me gusta ese personajeta gallego que cada vez que abre la boca es para intentar alejarnos más de lo que un país civilizado, respetuoso y democrático sueña para sus ciudadanos. Este tipo ha venido con la insana intención aviesa de normalizar la ultraderecha desde su -perfil de perfil-, y desde un alarde incomprensible que dice avalar con una fracasada receta de MODERACION. No reconocer que Cospedal jaleaba, -sin despeinarse-, con entusiasmo de ministra pacotillera la guerra contra la advenediza izquierda y, que de paso, enriquecía a un disparatado policía manguirulo en activo, que ensuciaba (a placer y golpe de billetera) las cloacas del estado con sus mierdas infecciosas, cultivadas en la mentira, para el aclamado líder de la oposición no es un “temazo de la hostia”, es “un posible fraude con montaje de sonido”. ¿Se puede ser más descarado sin que se te reviente el careto de la vergüenza, o simplemente nos trata de gilipollas, sin descomponer ese gesto de haberse tragado un Calipo con su funda intacta, vistiendo de falsa ingenuidad infantil el glotón envite? ¡Con el mismo morrazo de soplagaitas tratará de apoyar “a culo prieto” la petición de la Fundación Francisco Franco para luchar contra la Ley de Memoria Democrática! -La bancada de los de la pasta- aplaudirá a este inane moderado de la estulticia militante, como a la foca tontorrona que sujeta dando vueltas el hipnótico balón en su nariz. Pero, ¿cómo se puede consentir a sí mismo este individuo, que, seguro llegará a presidente, soltar “impasible el ademán” truños de tal volumen sin vomitera y sin que nadie de sus gentes le aconseje que no haga virtud del ridículo de la carroñería. Él y todo “Cristo y Maria Santísima” saben que los de VOX han llegado por las urnas a las instituciones con la insana intención de normalizar el discurso del odio, y a intentar hacernos comulgar con la regresión en los derechos y libertades, conseguidos con -sangre, sudor y lágrimas- empapizados y penosamente envueltos en papel de estraza de democracia con pocos quilates. Le sirven más los números impíos para asentarse al “ordeno y mando” que la razón lógica para intentar homologarnos y alinearnos con la modernidad de la Europa pensante. Mientras mastica esos sus exabruptos que rumiamos sin ganas los espectadores de esta opereta bufa, protagonizada antagónicamente a un Sánchez , que no le devuelve ni un solo ganchazo certero que lo arroje a la lona, le escuchamos en el erupto exigir que se largue una ministra por realizar un viaje solo -un pelín- menos festivalero que el que hicieron al mismo lugar su devoto Bendodo o su reputadísima Ayuso.
“Para que no nos ande jodiendo”, me dijo el Boinas, “lo que tiene que hacer el galleguete es: aprenderse de memoria y aplicarlo al pie de la letra el discurso de ese genio -castellanoleonés- mal apellidado Gallardo, que, entendiendo que “la despoblación se debe al sexo sin fines reproductivos”, culpa a la hipersexualización del déficit demográfico”. Por favor señor Feijoo, háganos creer con su eficaz discurso a los entusiastas de la fiesta carnal que “la finalidad principal del sexo es la procreación y asegúrese por esa via tan pajoleramente ultramoderna y ultraconvincente nuestro castrado voto. Le prometemos, para auparle –POR TODO LO BAJO-, que aplicaremos el cilicio, que abandonaremos a esos revoltositos, revoltositas, revoltosites arcoíris LGTBI con amor de madrastra. Sabemos que, por defecto, no merecen su respeto por mucho que nosotros, de corazón, militemos a favor de su alegre y castigado bando.
Muy bien descrito el personaje, que lo único que ha logrado de lo que parece una hazaña, es tener varias mayorías absolutas, en Galicia, el PP!!! Muy difícil, por cierto. Mirar para otro lado cuando la Ministra de Defensa y Secretaría General del PP, Cospedal, escandaliza a cualquiera que tenga un poco de respeto a la democracia y al sentido común. No olvidemos lo de Bárcenas. Lo del viaje a Nueva York de Irene Montero también lo retrata a él y a los que manipularon las declaraciones de la ministra de igualdad y los periodistas que aventaron la falsedad. Quedaron retratados por ser mala gente y peores profesionales. Estamos en peligro. Otro gallego va intentar amargarnos la vida.