Cuando el árbitro pitó la final de partido y el resultado de goles quedó claramente reflejado en el marcador, el estadio comenzó a vaciarse y solo quedaron en él los perdedores, alentados por su afición que profería gritos tabernarios y amedrentaba el vacío triste que los acompañaba. Gritaban empepinados en contra de la Federación, de las reglas del balón que, de nuevo, no les habían favorecido, de los linieres, de la grada, del VAR, de las quinielas, del césped, del viento y de los medios que se hicieron eco de la derrota. Y allí se quedaron solos, un tiempo que se hizo eterno, berreando y dándose inútiles pases de balón sin llegar a la portería contraria, acariciando el desgastado cuero, sudorosos mientras los jodidos representantes de su club pedían -urbi et orbi tras la fatigada Pascua- una bochornosa repetición del partido, con intención de mejorar los caliginosos resultados en contra de esa ilusión que los había dejado -matones y matados- a ras de hierba. (- Verdes como anciano en sala pornográfica-, dijo el aguador del equipo ganador, haciendo chiste procaz de sus viejunos conocidos entusiasmos verbeneros). Luego de esta comedieta bufa que, ni en el recinto cuadrado ni en el graderío encontraba recorrido, con sus lujosos coches blandiendo la camiseta por la ventanilla y dando claxon atronador ,pasearon la calles donde los más forofos chillaron, encendieron bengalas de emergencia para barcos, botes y balsas salvavidas, rompieron mobiliario y rezaron a toda la corte celestial con altavoces ,pidiendo intercesión divina favorable sobre su humano tri-estigma de históricos -losers encabronaditos- recordando ser y proceder de familia de vencedores de fratricidas batallas más irracionales. A ninguno de ellos, ni al equipo directivo, ni al entrenador, ni a los técnicos de campo, ni a los propios jugadores, se les ocurrió plantearse una nueva estrategia ganadora para próximos partidos, y se enrocaron en su juego ofensivo que, aunque sucio y a veces resultón para los menos duchos en estas competiciones, no les llevó al triunfo, y les penalizó, convincentemente sin remedio, con una victoria por la mínima de sus eternos rivales. Recurrirán, en la hartura y el empacho de tiros al palo, a la Federación europea, y dejarán el redondo multicolor ibérico bien pateado, que es lo que más les excita como formación campeonísima de lo carpetovetónico, donde cualquier tono cromático que no sea el suyo es tildado de ilegal.
Los triunfadores, menos ruidosos, se replegaron a sus posiciones y, revisando en el VAR las jugadas más discutibles, se dieron por medianamente satisfechos con el resultado obtenido por los nuevos, controvertidos y caros fichajes. Algunos de ellos, discutieron antes, durante, y después la alineación, la estrategia de juego, los tiempos de posesión del esférico, el tipo de defensa y ataque e incluso el color de las medias, las botas, la camiseta y la procedencia del botellín de agua del masajista. Algunos llegaron a proponer muy seriamente el balón melonero del rugby como táctica explícita en los entrenos de bote pronto para los próximos calendarios de juego. Su equipo de prensa repartió un argumentario de uso obligado, en diferentes lenguas, para mostrar una sospechosa unidad de educado criterio, en la cual nadie habría de hacerse responsable. Comenzaba este escrito de imperativo cumplimiento con una frase del internacional Johan Cruyff: “El fútbol es un juego de errores. Quien cometa el menor error, gana”. Terminaba, en letras de oro, con otra de Roberto Bolaño no menos explícita: «El fútbol funciona como ajedrez. También allí, las reinas y los alfiles, las torres y los caballos pueden hacernos regresar a una olvidada Edad Media, pero lo único que cuenta es la muerte del rey, el mate. Y el mate, en el fútbol, es el gol»
La competición más taquillera de este siglo ha finalizado con la victoria de una arriesgadísima jugada de libro. Pasadas tres noches, y casi sin venir a cuento, el líder de los campeones repetidores amenaza con echar balones fuera en el área de la junta directiva porque la da por amortizada “al toque”.
¡¡¡¡¡Eso es todo amigos!!!! ¡¡¡¡¡ Gooooool !!!!