Abraham Boiro es un deportista profesional que a los 3 días de vacunarse con Pfizer tuvo que entrar por urgencias con síntomas de infarto, luego tuvo pericarditis y el corazón fibrosado, inflación del esternón y de las costillas, espasmos musculares, mioquinas, movimientos involuntarios, le cambió el olor y sabor de las cosas, tumores en el pecho, se le fibrosaron los pulmones y llegó a tener taquicardias y bradicardias
No sabemos como calificar lo que le está pasando a Abraham Boiro y a muchos miles de personas. Abraham era un profesional del deporte, su estado de forma era excelente, pero tras vacunarse con los medicamentos experimentales de la COVID 19 empezó a tener pericarditis y una suerte de problemas que van aumentando cada día. Su corazón y pulmones están cada día más dañados. ¿Producto de la vacunación?. Abraham Boiro lo tiene clarísimo. ¿Qué dicen los médicos? Todos se aferran al silencio y a la duda. Sea como fuere, cada día van apareciendo más personas con efectos adversos, todas vacunadas. Se están creando, de hecho, asociaciones víctimas de las vacunas en diversos puntos de la geografía española, y lo mismo ocurre en numerosos países.
Los datos que recogen los grandes organismos creados por Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Europea reflejan 40.000 muertos directos por causa de la vacunas y 4,5 millones de afectados por ellas. Según van las cosas, hay quien piensa que va a morir más gente por los efectos de estas vacunas experimentales que la que murió por el contagio del virus