Es gallego, de una aldea cercana a Verín, en Orense, pero se ha pasado la vida allende los mares evangelizando, extendiendo la palabra de Dios, su infinita bondad, pero la realidad le ata al suelo, y la realidad es que cumple su labor de misionero en 4 penales. Para hacernos una idea, nos dice, en uno solo, el de Morros Blancos, situado en Tarija, Bolivia, hay 740 presos. Y oiga, mientras afuera la gente moría en las calles, en el penal todos estaban a salvo, policías y ladrones. No se le murió ninguno, dice él, gracias al CDS, dióxido de cloro. Él también lo toma, de manera preventiva, y al tiempo que le protege del coronavirus, le ha curado, asegura, sus problemas de diabetes, de páncreas, y le ha regulado la hipertensión. El valiente padre Miguel Sotelo es un hombre popular y de vez en cuando aparece en los medios denunciando el hacinamiento de las cárceles y su falta de recursos.
ENTREVISTA EN VÍDEO
CLAVES DE LA ENTREVISTA
Empecé con el CDS en febrero de 2020. Lo tomé y lo sigo tomando hasta hoy como preventivo y curativo. La hipertensión, la próstata y la diabetes. He mejorado de las tres cosas. Y también de heridas, y de problemas de piel y hongos. Al mes de iniciar la experiencia del CDS dejé de tomar la medicación, tomaba para la hipertensión, la próstata, y para la diabetes. Y sí, fui controlando la diabetes, no del todo porque según Andreas Kalcker a veces hay parásitos que se enquistan en el páncreas y el dióxido de cloro no los elimina totalmente. Pero nunca pasé de 200 la glucosa. Me siento bien, sano, fuerte, nunca tuve ningún resfriado en este tiempo y pude llevar el CDS al penal. Un capitán cayó con el coronavirus y empecé a aplicárselo a él y a más de 40 presos que estaban en cuarentena. Estaban en salas sin colchones, sin medios que los pudieran proteger. Llevamos más de 40 botellas de 2 litros diariamente a los privados de libertad. Algunos estaban graves porque los habían llevado del hospital para que muriesen en el penal. Y hemos logrado salvarlos. Fue emocionante porque alguno a la semana decía: “Padre, ya puedo levantarme, ya puedo hacer gimnasia…”. Y estaba condenado a morir. Un compañero de él que estaba en la misma situación quiso ir al hospital porque sintió taquicardia y murió a a los dos días. Yo le dije que no fuera al hospital, que se iba a morir. Estaba colapsado, pero quiso irse y falleció… Los otros se salvaron todos».
Nosotros solo aconsejamos y el que quiere lo toma. Le decimos como se toma y como funciona, pero es un consejo, si quieres tomarlo bien y si no…
El gobierno les dio ivermectina también a los presos. Los que tomaban CDS no quisieron tomarlo. Prácticamente no murió nadie. A mi modo de ver, la ivermectina también es eficaz, pero tienen que tomarla cada 20 días. Murieron 3 al comienzo, por en el mes de marzo o abril, murieron de infarto.
El médico, como el capitán lo autorizó, nos dejó hacerlo. El capitán estaba tomando también. Él nos dijo que hiciéramos lo que pudiéramos para salvar a esa gente y eso hicimos. El capitán también se salvó. Él y su esposa.
En este momento, según mis noticias, en el penal no hay contagio y siguen tomando el dióxido de cloro. Yo les dejé preparado unos 5 litros que ellos reparten por las celdas, lo hace un grupo de unos 20 hombres que me acompañaban.
Yo recibo los ingredientes que me da un portugués que se casó con una boliviana y vive allí. Él tomaba CDS desde hacía 5 años porque tenía la enfermedad de Crohn y se ha curado, y él me abastecía. Me lo da gratuitamente y yo se los doy gratuitamente a la gente. Me da los ingredientes, el cloruro de sodio mas el acido clorhídrico o cítrico, hacemos la mezcla y lo aplicamos, damos el preventivo o el frecuente, cuando hay fiebre, escalofríos o hay tos y resfriados.
No solo actuó con los que tenían coronavirus. Al que tenía hipertensión se la reguló y otros que siguieron tomándolo vieron que les mejoraba su problema de próstata. Los que tenían heridas o llagas varicosas se curaron de eso. Algunos venían antes a mi que al médico. Para heridas. Yo le daba el espray y curaban rápido, y el médico, que les daba Betadine, no las curaba, se abrían más. Yo no puedo reemplazar al médico soy sacerdote y psicoterapeuta, pero médico no.
Yo me dije: “Esto que me hace bien a mi puede hacer bien a los presos”. Ellos no tienen para comprar medicamentos. Se lo ofrecí, lo aceptaron y para delante.
Allí morían de manera terrible, porque morían en las calles, en las casas, la policía iba a sacarlos, y sigue igual porque aquí hay medios, allí no los hay, no hay Seguriad Social. El que tiene plata se cura y es carísimo. Si vas a una clínica son mínimo 3000 bolivianos (0,12 €) diarios solo por entrar, ahora compre la medicación…
Los médicos, muchos que yo conozco, tomaban, pero no lo decían, tenían miedo a perder el trabajo. Solo la doctora Patricia Callisperis con su grupo fue valiente y logró llegar a mucha gente. Sobre todo en el norte de Bolivia, en el Beni, en la frontera con Brasil, salvó a muchísima gente. Pero tuvo sus problemas, porque el gobierno al comienzo se oponía. Esto va en contra de las farmacias y las multinacionales farmacéuticas, ellas son las que financian cursos de médicos. Yo conozco casos de médicos que lo usaban pero no dijeron nada a nadie porque tenían miedo a perder su trabajo. Ahora Bolivia lo aprobó oficialmente, pero tofavía no lo venden en las farmacias. Los médicos pueden usarlo sin miedo a ir a la cárcel o a perder su trabajo, pero todavía para conseguirlo tiene que ser por medio de amigos o de personas que colaboran porque si no, no se sabe lo que se recibe. Hay gente que al ver que hace bien hace negocio con ello. Será auténtico, será falso, la gente duda. Hay que darle confianza de que eso está hecho bien y confiar en ello. Son países tan pobres que la gente aprovecha cualquier medio para sacar dinero.
En mi familia han comenzado a tomarlo, aquí en España, pero hay mucho miedo aquí, más que en Bolivia. Aquí se consigue más fácil. Lo venden como potabilizador del agua.
Tengo la experiencia de una hermana que es religiosa y a la que han operado de la rodilla. En menos de un mes se curó y ya camina sin tacatá, sin muletas, y camina con toda su energía y está feliz. Al ver que ella se mejoró tan rápido, unas compañeras han comenzado a tomarlo. Yo veo que es verdad porque oxigena las células y eso alcaliniza nuestro cuerpo y eso ayuda a que nuestro cuerpo mejore.
A lo hecho pecho, decimos en Galicia. Si eso es verdad… Yo lo he experimentado. En Bolivia le dije una vez a las hermanas con quien vivía cuando el gobierno prohibió el CDS, “hermanas, el cementerio está abierto. Si quieren morir pues vamos allá”. Porque en el mes de abril murieron 27 abuelitos. Yo me quedé solo con dos hermanas, porque una fue a terapia intensiva y las otras quedaron en cuarentena. Las dos que quedaron conmigo tomaban el CDS. Y nos tocó sacar a los muertos, meterlos en bolsas para llevarlos al crematorio y sin guantes ni barbijos (mascarillas)… Luego intervino el gobierno, pusieron médicos y enfermeras y yo tuve que irme y les dije que si no querían tomar el CDS lo echaran al baño. Yo me marché, estuve 4 meses fuera, trabajando en el penal. Pero yo nunca estuve en cuarentena, nunca.
Si el CDS fuera tóxico yo habría muerto. Llevo un año y medio tomándolo. Si lo fuera yo tendría algo dañado: los pulmones, los riñones, mi hígado, mi páncreas… Y es todo lo contrario, me ha hecho bien en todas estas cosas. La vida habla. Los documentos y papeles dirán muchas cosas, unas verdades, pero también dicen muchas mentiras.
Tomó 10 ml en 1litro de agua, se toma durante todo el día, cada hora tres sorbitos, separado de las comidas y también de los oxidantes como frutas, verduras, lo que tenga vitamina C, para no bloquear los efectos del CDS.
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Felicidades Padre Miguel por su experiencia de vida le fue muy bien con el CDS, sin embrago algunos trataron con el CDs y se murieron familiares y médicos..cercanos a mi familia de que dependerá padre, nuestro organismo es tan diferente en otros funciona bien y en otros no.
Pero me siento muy contenta que les esta yendo bien con el tratamiento del CDS.
Un abrazo a la distancia querido Padre Miguel.