Ayer la disidencia de las vacunas se vistió de gala en Madrid. El recinto, el teatro Soho, en pleno centro de la capital, palpitaba de gente. El lleno fue total, las entradas se agotaron en pocos días. Había hambre de saber y quienes saben estaban allí. Como la doctora Teresa Forcades, también monja benedictina, una mujer que tiene un cerebro privilegiado, capaz de diseccionar hasta sus últimas consecuencias cualquier tema que pretenda analizar. Recta la espalda, sentada en una esquina de la mesa, la hermana Forcades fue tan contundente como acostumbra para demostrar que además de hacernos sufrir, nos están tomando el pelo. Gran persona la doctora, independentista de corazón y por supuesto cristiana. Al otro lado estaba la miembro de Izquierda Unida Nines Maestro, médico también y especialista en sanidad pública, quien hizo un alegato pidiendo a la izquierda que ayudara a desenmascarar la plandemia. A su lado se sentaba el que fuera decano de los biólogos vascos, Jon Ander Etxebarría, un hombre que siempre se ha mostrado enérgico con quienes quieren burlarse de la ciencia, una persona a la que se ha podido ver apoyando a la disidencia de las vacunas en la calles, detrás de una pancarta, y en los medios de comunicación.
Por último, estaba también en la mesa la fiscal Valerie Oyarzum, que arrancó no pocos aplausos y nos puso la carne de gallina recordándonos que unos pocos hombres quisieron que nunca nos olvidáramos de lo que había sucedido en Nuremberg en 1946 y que para ello firmaron, en 1947, un Código ético que recordara siempre a médicos y científicos lo que pasó durante la II Guerra Mundial en Alemania. Aquellos hombres buenos firmaron aquel código para que estuviera siempre presente. Y gracias a él no hemos olvidado que 17 médicos nazis fueron sentenciados por haber utilizado a seres humanos como cobayas, no hemos olvidado lo maligno que puede llegar a ser el ser humano. Gracias, fiscal, por estar allí para recordárnoslo.
Hay que darles las gracias a los contertulios y a la organización de este acto, Guadalajara Despierta, que entra en escena con ánimo de plantarle cara a las vacunas experimentales, y de exigir nos sean devueltas las libertades que nos han hurtado los políticos en connivencia con los medios de comunicación y ante la pasividad de médicos y jueces. Guadalajara Despierta tiene delante un panorama difícil, pero ¿qué hay que hacer mejor que recuperar nuestros pisoteados derechos?
En algún momento de la tarde el público gritó libertad. Por algo se empieza.
Bien, Guadalajara ha despertado. Ya solo quedan 53 provincias.
ALERTA A LA RESISTENCIA!!!
NO nos dejemos deslumbrar por luminarias engañosas . Todos los políticos están en el mismo bando.
Todos ellos son del mismo patrón
Cualquiera de ellos MIENTEN, falsean y van a su propio beneficio
Donde haya un político hay falsedad
Las ÉLITES lo saben y por eso acuden a ellos para comprar su colaboración en lo que planean
ALERTA!!!
Que mas se puede decir, seguir luchando desde la conciencia para resucitar la humanidad perdida