En poco más de 8 minutos el periodista Walter Limpias muestra en un documental que se basa en imágenes de los informativos de las televisiones bolivianas el impacto que tuvo en su país el CDS, o dióxido de cloro, en la lucha contra el coronavirus. No se lo pierdan. En esos minutos nos podemos hacer una idea de la tremenda repercusión que tuvo el virus en las calles y territorios de Bolivia y cómo el CDS consiguió frenar su expansión. El final feliz de aquellos horribles meses del año 2020 fue la protección en una serie de leyes del dióxido de cloro, una sustancia prohibida inexplicablemente en muchos países y perseguida socialmente en los demás.
Viendo estas imágenes vuelve a surgir la idea de que de haberse usado en todo el mundo el CDS en aquellos días aciagos miles y miles de personas habrían salvado la vida. Vuelve a suscitarse el debate también sobre la responsabilidad que tuvieron en la masacre los políticos encargados de la sanidad mundial. Hoy, afortunadamente, la expansión de la COVID 19 es otra, pero sigue muriendo gente por culpa del virus. Y el CDS, el dióxio de cloro, la aguita amarilla, como lo llaman popularmente, está ahí, es barato y se puede producir a gran escala sin problemas para salvar la vida de los afectados. Una prueba está en este documental…