PIENSO ANIMAL. APORISMOS DE TRES AL CUARTO
El pasado no es como sucedió. El pasado, pese a él, es como se recuerda. La realidad casi nunca coincide con lo acaecido porque prefiere lo soñado. Algunos se enteran demasiado tarde que casi nada ha sucedido en su vida, y asumen que ya es tarde para enmendarlo. La elipsis para estos sujetos es necesaria para perdonarse y para respirar a pleno pulmón, sin desfallecer en esa asfixia del ahora que convierte las respuestas en preguntas. Por eso es tan importante que al sujeto de estas líneas nunca le sucediera algo sobresaliente, en su alocado pasar, digno de ser conservado, pese a ser audazmente introvertido y meticuloso. La travesía del paralítico que no sabía caer por el desfiladero es, contemplada desde el espacio, confusa y azarosa. Su caída es un vuelo corto que llena de incógnitas las bondades del posible aterrizaje en la dolorosa realidad.