Si no hay mal que por bien no venga ayer lunes tuvo de bueno que van cayendo máscaras y algunas cuestiones cada vez resultan más claras. Así la declaración del CGPJ sobre la infame amnistía que está cohechando junto con golpistas, terroristas y prófugos de la Justicia el Gobierno de Su Majestad. Declaración muy valiente, firme y contundente que es de agradecer aunque sería obligada de suyo en un régimen democrático en vigor, lo que desgraciadamente no resultaría ser el caso actual.
Un despótico y encanallado gobierno de Su Majestad que cobardemente reprimió con inusitada violencia una manifestación pacífica celebrada en Madrid en defensa de España y contra la traición del socialismo liberticida, corrupto y miserable que está destruyendo la nación, la convivencia pacífica y las instituciones. Una acción que demuestra a quién considera su verdadero enemigo este gobierno lamentable: el pueblo español pacífico y patriota.
Una reunión de traidores en el Vaticano. El momento no podía ser más oportuno y prueba la habilidad diplomática del satánico impostor argentino. Un fantoche comunista paradójico colaborador de la Junta militar, al que le gusta provocar causando el mayor daño posible, a la dignidad y credibilidad de la Iglesia que supuestamente representa. Y que diabólicamente busca la manera de humillar a España recibiendo precisamente ahora a un perjuro indeseable traidor. Si «el medio es el mensaje» lo que simboliza la reunión es que Bergoglio apoya a los delincuentes golpistas o acaso se incluso ofrece como relator del golpe en curso. Complicidad entre golpistas y traidores. Él también lo es. La última felonía conocida del Jefe de Estado Bergoglio es conspirar para cambiar la forma de nombrar a su sucesor, de modo que sea mucho más fácil la designación de un heredero de su calaña. Una forma de golpe sin algoritmo ni maquinita trucados quitando y poniendo electores del cónclave a su gusto y voluntad. La noticia ha sido oficialmente desmentida pero la credibilidad moral de su tenderete actual es nula.
Pero si hay cosas más claras otras permanecen oscuras. Y algunas de importancia fundamental.
En un reino en el que los delincuentes de todas clases campan a sus anchas sin que las FOP apenas se atrevan a intervenir, ¿A qué se debería la violenta represión de la manifestación pacífica de ayer? ¿Se explica únicamente por la demostrada depravación de un ministro? ¿Estamos ante un «otoño español» remedo o continuación de las programadas «primaveras árabes»? Varios golpes imperialistas se han logrado de modo paradójico generando y manipulando los sentimientos de injusticia del pueblo. La situación geoestratégica internacional con cada vez más frentes abiertos además de confusa no deja de ser más preocupante. ¿Acaso se busca repetir el clásico y tópico esquema “acción, reacción, solución”? Es decir, el imperio ¿está con el golpe o contra el golpe en curso? ¿Constituye otro arma de desestabilización de Europa?
Nunca se sabe porque al final puede llegar un rasgo de decencia pero sería de ingenuos exigir a la cobarde y complaciente Iglesia española que protestase por la traición del Vaticano como debiera hacer si mantuviera un mínimo de dignidad y vergüenza. Pero el heresiarca la va a convertir en cómplice del golpe que pretende la destrucción de la Nación y el saqueo impune de los españoles.
Pero la mayor incógnita en este momento quizás sea saber en qué bando está Su Majestad, porque ya resulta imposible jugar a dos barajas. Tras el error descomunal e incomprensible de nombrar candidato a la investidura a un traidor confeso cuando estaba en posición de mínimo poder, nos ofrece bonitos discursos estupefacientes y saraos autocomplacientes como si viviésemos en el más feliz y próspero de los reinos, pero acciones contra el golpe, ninguna que se sepa.
¿Qué hará Su Majestad cuando el golpista traidor le pase a la firma la ley de amnistía una vez que el Poder judicial acaba de declarar institucionalmente que:
“El Consejo General del Poder Judicial expresa con esta declaración su intensa preocupación y desolación por lo que la proyectada ley de amnistía supone de degradación, cuando no de abolición, del Estado de derecho en España, que a partir del momento en el que se adopte pasará a ser una mera proclama formal que inevitablemente tendrá que producir consecuencias en perjuicio del interés real de España.
Cualquiera que sea la justificación formal o aparente que se le quiera dar en el preámbulo de la futura ley, su motivación real ya ha quedado expresada,…
Confundir el “interés de España” con el interés del Presidente del Gobierno en funciones para evitar la hipotética formación de gobiernos de partidos de una ideología diferente a la suya es algo manifiestamente incompatible con la alternancia política, ínsita en el principio básico de pluralismo político que, según el artículo 1 de nuestra Constitución, es un valor superior de nuestro ordenamiento jurídico. Pero hacerlo exceptuando la aplicación de la ley para impedir la acción en curso de los tribunales o dejar sin efecto la que ya se hubiese producido mediante sentencias firmes, convirtiendo en papel mojado esas sentencias, es algo rotundamente incompatible con el principio de Estado de derecho en el que, nuevamente según el artículo 1 de nuestra Constitución, se quiso constituir España y efectivamente se constituyó… al menos hasta ahora. Utilizar la promulgación de una ley singular para invadir competencias propias del Poder Judicial como medio de negociación política, constituye una perversión del régimen constitucional, porque nada impediría que mayorías coyunturales en la composición de las Cortes impongan su criterio por encima de las exigencias constitucionales, al amparo de que una norma con ese rango no puede ser cuestionada por los ciudadanos….»
Y si en un rasgo de insólito patriotismo sobrevenido no lo firma, ¿estará dispuesta Su Majestad a defender a la nación y a la constitución con todas sus consecuencias?
Ya no valdrían bonitos sermones ni artístico postureo sino los hechos. En su decisión puede que sopese lo antes indicado sobre la iniciativa última imperialista del golpe. Pero incluso en tal caso, aunque intente ganar tiempo su futuro parece muy oscuro.
El tiempo lo dirá y no tardará mucho en hacerlo.