Reunidos los Manipuladores en consulta dijeron: “Os disfrazaréis de corderos, adoptaréis el papel de disidentes y os haréis cómplices de la mentira; solo así podremos perpetuar el engaño sin tener que recurrir al uso de la fuerza. Tenéis nuestro consentimiento para llamarnos criminales, psicópatas, satánicos y cuanto apelativo os venga bien; podéis reclamar que se nos juzgue en un nuevo proceso de Núremberg; podéis decir que las vacunas no están siendo eficaces y que sus efectos secundarios son múltiples, incluida la muerte; podéis hacer escritos, organizar congresos y conferencias en los que, aparentemente, defendáis el bien, aunque solo serán distracciones, mera pantomima, puro teatro para ingenuos y bienintencionados buscadores. Continuaréis hablando de virus, de contagios y de positivos, pero encubriréis las evidencias importantes, auténtica causa del síndrome de irradiación aguda que padece una buena parte del rebaño. Este no debe saber que el grafeno contenido en los viales y en otro tipo de inyectables, en simbiosis con los campos electromagnéticos, conforman un arma destructiva jamás conocida antes por la humanidad. Es el inicio del transhumanismo, la era posthumana; pero esto no debe llegar a conocimiento del gran público, y si ocurriese debéis hacer lo posible para que no lo tomen en serio. Esta es una indicación de vital importancia. Vuestro cometido, por tanto, será ocultarlo, negarlo, tergiversarlo y ridiculizarlo. La estrategia de denigrar a sus descubridores y transmisores, a través de la mofa, incluso de la injuria y la calumnia es siempre éxito asegurado. Grabad esto en vuestras mentes: grafeno y campos electromagnéticos son palabras prohibidas en el contexto covidiano. Si obedecéis y cumplís, seréis recompensados”.
Imitando el estilo del Popol Vuh o Libro del Consejo, el libro sagrado de los maya-quiché, me he permitido dibujar con todo realismo la hoja de ruta de la falsa disidencia o disidencia controlada, supuestamente al servicio del Poder.
A primera vista podría parecer un pensamiento poco reflexionado e incluso algo aventurado, pero no. Dudé mucho y durante tiempo si plasmar en tinta la conclusión a la que tantos hemos llegado tras largas reflexiones y profundos análisis sobre el modus operandi de algunos personajes y grupos que, con el estandarte de la defensa de la verdad, han ido creando una pléyade de seguidores cautivos y seudosectas que aglutinan a seres indefensos en busca de respuestas ante la gran mentira de los gobernantes y la clase médica en estos tiempos covidianos, cuyos flecos aún enredan nuestras vidas. Pero ha llegado la hora de hablar claro. No hacerlo sería incumplir nuestro compromiso con el bien y lo justo, a la vez que hacernos, de facto, cómplices de la más vergonzosa de las corrupciones; aquella que proviene de quienes, aparentemente, luchan en defensa de los ciudadanos y el esclarecimiento de la verdad. Habrán deducido que nos referimos a Médicos por la Verdad y a otros comunicadores y colectivos que incluyen este sustantivo en sus explícitos y engañosos nombres. ¿Deberíamos recurrir a la sabiduría del refrán: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”? Aquí viene que ni pintado.
En el contexto pandémico, la disidencia controlada o falsa disidencia no es una mera leyenda urbana: existe, está aquí y ha llegado para quedarse. O eso pretenden algunos de sus gurúes. Sin embargo, su continuidad dependerá de nuestra eficacia a la hora de quitarles la máscara y descubrir su ambicioso rostro, sus pretensiones y fines. Muchos son youtubers malhumorados que se lucen en las redes sociales despotricando y esparciendo sus frustraciones mientras simulan informar al pobre ciudadano de a pie que no se entera de nada.
Muchos están completamente desfasados y continúan con la misma tabarra de los primeros meses, fechas aquellas en las que todos andábamos perdidos detrás de un “virus peligrosísimo” que trabajaba por horas, una enfermedad persistente y una vacuna equipada con ARNm y proteína spike. Pero hoy sabemos que nada de eso existe. La investigación y el conocimiento han cambiado las cosas; hemos ido avanzando y descubriendo el pastel envenenado de los amos del mundo y el porqué de lo que sucedió y sigue aconteciendo.
Se puede hablar de todo, excepto de campos electromagnéticos y grafeno en los viales
El gran avance no es que la Comisión Europea y el Parlamento reconozcan que se erró con los protocolos, que las vacunas tienen múltiples efectos adversos, incluida la muerte, y que no resultaron todo lo eficaces que se prometía. El gran avance es haber descubierto ¡grafeno en los viales! Pero ninguno de los que dicen pertenecer a la disidencia o incluso resistencia habla de ello. Y no será por falta de pruebas. ¡Chapeau por Ricardo Delgado, hombre honesto y brillante donde los haya, y su inseparable doctor Sevillano, que llevan casi cuatro años en la lucha por descorrer el velo que nos impide ver la luz y desenmarañar la tela de araña que nos aprisiona!
Tras los análisis del doctor Campra Madrid, por encargo de la Quinta Columna, se han realizado unos treinta o cuarenta más en diferentes partes del mundo, con los mismos resultados: grafeno. ¿Y qué ocurre con el grafeno? That’s the question! Hay abundante material para una clase magistral, y sobre ello publiqué ampliamente en artículos anteriores, pero no se trata de eso ahora, sino de hacer ver el error de estos negacionistas sui generis. De entrada, el grafeno se vuelve magnético en contacto con moléculas vivas, y amplifica la radiación de los campos electromagnéticos. Conclusión simplificada: grafeno + radiación = covid, con todos sus síntomas y secuelas, aparte de la neuromodulación, borrado de recuerdos, insertos de historias no vividas y un buen número de efectos a cual más inquietante.
Todos estos comunicadores autodenominados disidentes, de alguna manera y en su estilo, contribuyen a la desinformación, es decir, sirven al sistema. No obstante, y refiriéndonos a España, del primer premio a la disidencia controlada es meritorio el colectivo Médicos por la Verdad, creado por la médico de familia, Natalia Prego Cancelo que, de una manera u otra, acompañada de su fiel partener, experto en comercio electrónico, controla el relato y los “donativos”. Relato que les llega cocinado de instancias superiores a través de papers creados ad hoc; es decir, pautas a seguir, o lo que es lo mismo, de qué se debe hablar y de qué no, y las respuestas a las objeciones. O sea, desinformación pura y dura. Por eso siguen mareando la perdiz con virus, contagios, covid persistente, censo de afectados por las vacunas, uso de mascarillas o dichos de la OMS. Pero ni una palabra del presente y del futuro transhumanista que ni Orwell consiguió imaginar.
Hay que decir que muchos de estos médicos que en un principio se adhirieron al grupo, creyendo que era realmente un colectivo “por la Verdad”, salieron espantados cuando se enteraron de que la susodicha fundadora recibía financiación de una fundación americana muy cercana al ámbito político. Contribuyó a este desembarco de médicos el síndrome fagocitador de la creadora del grupo, a la vez que su abultado ego y su exagerado afán de protagonismo, resaltando a la menor oportunidad su profesión de científica. Sin embargo, hasta donde sabemos, nunca han investigado nada; tan solo se hacen eco de la literatura remitida por el doctor Robert Malone y otros del mismo jaez, amén de organismos staff de la oficialidad, que acostumbran a dar una de cal y otra de arena según convenga.
Dicho todo esto, vaya desde aquí mi repulsa y condena a cuantos se han beneficiado y continúan sacando provecho del dolor humano, en este caso, a través de esta pandemia de diseño, con muertos de verdad, virus de mentira y vividores a porrillo.
Como nota final, quiero hacerme eco de un fenómeno digno de análisis, que está tomando cuerpo en los últimos meses. Me refiero a la cantidad abrumadora de seudolíderes, gurúes y santones de todo tipo que proliferan como las setas ante las primeras lluvias de otoño. Todos vienen con una intención salvacionista, en el sentido de sentirse capacitados para organizar nuestro presente y prepararnos para el futuro amenazante que programan los psicópatas de Davos. ¡No hagan caso y sigan su propio criterio! Intercambiar ideas y poner a disposición del público información que puede resultar de interés y servir de ayuda es loable y de sentido común. Es lo que venimos haciendo desde que tenemos uso de razón. Cosa distinta es la pretensión de colectivizar y formar pequeños rebaños de gente supuestamente “despierta” para crear el nuevo paradigma. Estamos unidos ya: cada uno en su país, ciudad o rincón. Nuestras intenciones forman un armónico dibujo de puntos unidos, más allá del espacio y el tiempo. Por mi parte, me mantendré siempre unida a los corazones que sintonizan con el bien y lo justo. Pero sin erigirme en gurú de nadie ni seguir a ningún santón oportunista.
Nota:
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Esta Señora le echa un par cuando se atreve a publicar esto, hace tiempo que vengo pensando en lo que dice y creo que está en lo cierto. Hay estudios suficientes que demuestran el contenido de graneo en las vacunas, lo niegue quien lo niegue.Los que se retratan, son los que se empeñan en negar el contenido de cosas «raras» en las vacunas.
Según los detractores de la autora y su artículo, ¿ la gente que se ha jugado su vida y su carrera, por demostrar que las vacunas contienen esas sustancias, ha sido por masoquismo?.
Esta es una opinión subjetiva, radicalizada con una teoría de la q no aporta ninguna investigación (ni cierta, ni incierta, ninguna!!) por la q desconfía e intenta denostar a cualquiera o cualquier estudio q no sea de su palo, por mucho que se lo fundamentaran!!
Solo ella y sus acólitos están en posesión de la verdad, y a poco q te distancies de esa verdad, que no prueba, eres para ella un youtuber malhumorado, falso médico disidente, desinformador, negador del grafeno… , en fin, nada más ajustado a la definición de secta q lo q se desprende de esta especie de artículo sería, como poco, un trastorno de personalidad paranoica.
Personalmente me merece respeto cualquier divulgador, médico, científico e incluso personal de a pie, ya sea del grafeno, vacunas genéticas o del sexo de los ángeles q sepa y pueda demostrar sus conclusiones con investigación científica, evidencias clínicas, estadísticas, etc. y, por supuesto, q tenga una inteligencia lógica, emocional e interpersonal capaz de, como mínimo respetar cualquier otra evidencia cierta, y una defensa de sus argumentos q no se reduzca al insulto o la denigración de las personas q no piensan como ella.
Pobre mujer, se le nota en cada renglón la frustración que arrastra!!
Ninguno de los elogiados por la autora de este artículo ha recuperado la salud de ninguna persona afectada por vacunas.
Los atacados por la susodicha si. Demostrado. Con testimonios.
Que las vacunas lleven grafeno o leche en polvo no tiene la menor importancia para quienes padecen sus consecuencias en su salud y en sus vidas. Solo quieren recuperarse o sobrevivir. Si lo consiguen gracias a la ayuda de quienes aplican sus conocimientos con resultados favorables, bienvenido sea. Quizá sus métodos, basados en sus teorias, por equivocadas que le parezcan a la autora, funcionan, despues de todo. Al menos en algunos casos ya documentados.
¿Entonces?
Por otra parte. ¿Cual es el problema en que cada quien trabaje en lo que decida, le resulte mas familiar y esté mas especializado? ¿Que problema hay en que Dani Diaz de @Infovacunas en telegram, este investigando sobre grafeno e hibridacion, en que la quinta columna haga lo que crea y en que otros trabajen en lo suyo?
Cada quien hace su parte, y si se hace así y se hace BIEN, no hay necesidad de pisas o denostar el trabajo de otros para resaltar el trabajo de uno. Se puede sobresalie por méritos propios cuándo los mismos son lo suficientemente sólidos como para destacar por ellos mismos.
Cuando no, bueno, parece que hay que pisar a quien “hace sombra” para que lo propio prevalezca frente a lo ajeno.
Quien necesita atacar a los “competidores” para ensalzar lo suyo a costa de hundir lo ajeno es quien tiene el problema.
El tiempo irá poniendo las cosas y a cada quien en el lugar que le corresponda como ha venido haciendo hasta ahora.
Por cierto, si la “disidencia” es lo que se define en este artículo, casi mejor declararse en disidente de la disidencia al mas puro estilo Mafalda.
Como dice el refrán: zapatero a tus zapatos. O lo que es lo mismo “grafenero a tu grafeno” y dejen a los demás seguir recuperando vidas en paz .
Excelente articulo. Felicitaciones Magdalena , soy uno de los que siguen su propio criterio , gracias a Dios ! Soy de aquellos que no les cree nada a los gobernantes, a sus esbirros médicos y menos que menos a las falsas disidencias , que son bien conocidas . Lamentablemente la ciencia no escapa a las garras de los intereses de los poderosos ! Asi está el mundo dirigida por seres satánicos que quizá sean los menos pero que con su poder real y mediático hacen mucho daño a la humanidad toda. Pero no hay que hacerse problema porque como decía el famoso Frank Suarez en su programa de You Tube , » la verdad siempre triunfa» !
Saludos desde Buenos Aires .
Esta señora se retrata, no tiene ni idea de ciencia y se atreve a juzgar a científicos.
Se erige en detentadora de «la verdad» y critica despiadadamente y sin fundamento a quienes la buscan y están ayudando y curando a muchísimas personas. Se hace eco de todos los bulos implantados por la que sí encaja a la perfección, con el concepto de disidencia controlada. Para que se entere, no hay ningún estudio que demuestre la existencia de grafeno en las vacunas covid, ni en ningún otro producto sanitario. Le vendría bien leer a Kevin Mckernan, un verdadero científico independiente que ha secuenciado el contenido de las vacunas genéticas y ha demostrado sin ningún lugar a dudas lo que contienen. Por cierto, quienes sí han insultado e injuriado a médicos decentes, han sido el sr Delgado y su compañero en «donaciones».
No gasto teclas con usted…… ya se ha retratado solo.