El catedrático Luis Prieto Valiente reunió ayer en Madrid a buena parte de la inteligencia que trabaja y busca información seria sobre el clorito de sodio, el dióxido de cloro y otras moléculas no suficientemente estudiadas que puedan tener efectos beneficiosos. Introdujo el acto subrayando que habiendo muchos cientos de médicos y muchos miles de pacientes que usan estos productos con intención profiláctica y terapéutica, es necesario y urgente acopiar toda la información fiable que haya sobre ellos y realizar estudios que despejen las dudas al respecto. “Cuando no estamos en emergencia sanitaria usamos recursos diagnósticos y terapéuticos que han podido ser previamente testados y por ello hay evidencia sólida de su idoneidad. Es lo que llamamos medicina basada en la evidencia. Cosa muy distinta son las emergencias sanitarias, en las que aplica el articulo 37 de los Acuerdos de Helsinki que, en concordancia con el sentido común más elemental y la ética más básica, dice que si no hay un recurso suficientemente contrastado, debemos usar los que ofrezcan esperanza plausible de ser útiles, aunque aún no hayan sido definitivamente testados”. “Estos estudios – continuó Prieto Valiente -, serán una aportación científica valiosísima tanto si, a tenor de los resultados obtenidos, se comprueba que alguno de estos compuestos es útil y seguro para el tratamiento de esta enfermedad, de lo que se beneficiarían miles de personas, como si se demuestra lo contrario, para que quienes los consumen dejen definitivamente de hacerlo”. El catedrático terminó su presentación recordando que la UCAM no hace suyas las declaraciones y opiniones de los conferenciantes. » La función de la universidad es buscar ponentes cualificados que den información fiable, colaborando a que tanto la comunidad científica como la población general, tengan más elementos de juicio», añadió.
Oscar Aguilera, doctor en biología e investigador interesado últimamente en investigar moléculas más selectivas y eficaces y con menos efectos secundarios para los pacientes, tema sobre el que precisamente habló durante la webinar organizada por la universidad de Murcia. «Me gustaría hablar de la vitamina C, ya que desde el momento que la OMS declaró el coronavirus como pandemia aparecieron algunos médicos e investigadores hablando sobre las propiedades que tenía la vitamina C en el tratamiento de esta enfermedad». El doctor Aguilera nos contó que había protocolos con este tipo de enfermos ya adultos, con septicemia, en los que la mortalidad se había reducido del 40 al 8,5%. Este protocolo, que se realizó en Nodfork, Virginia, Estados Unidos, observó que el caso de niños l mortalidad se reducía del 28% al 9,5%.
La doctora en Veterinaria Karina Acevedo, quien se dedica a la inmunogenética, se especializó en Cambridge, y a la epidemiología, comenzó su charla planteándose que si todo fallaba contra el coronavirus qué nos quedaba. «¿Qué nos queda como científicos, a los médicos? No es aceptable la opción de no hacer nada, de no cuestionar si existen otros productos que podrían ayudar a tratar pacientes, a disminuir el número de muertes. Y en ese contexto surge la propuesta por parte de diversos médicos de utilizar el dióxido de cloro, y esta propuesta ha generado y sigue generando encono, discusiones, en muchos casos estériles porque se están abordando desde la cerrazón y el dogma, de ambos lados de esa discusión». Fue una brillante exposición, como todas,en general, que derivó en la presentación de su propia de su propia investigación sobre….
Alfredo Valencia, cirujano maxilofacial, realizó su intervención desde Santo Domingo y a punto de entrar a operar en un quirófano. Doctor en Medicina, habló de su propio caso. Valencia, que se calificó a sí mismo como médico oficialista, explico que esa visión, al menos con el CDS la tuvo tras tener una «infección muy severa del tracto urinario». «40 grados de fiebre dificultades micciones tremendas, limitado», añadió, informándonos de que se puso en manos de la urología y los antibióticos, sin conseguir detener la infección. Aquello le ocurrió en marzo, en plena pandemia, y por entonces también le dieron información del CDS. «Mi sorpresa es que después de 5 días de tomar el CDS aquella clínica me desapareció. Lo que tardó más fue el dolor lumbar, que tardó de 8 a 10 días en desaparecer».
A continuación tomó la palabra el doctor mexicano Manuel Aparicio, ya conocido por nuestros lectores por una entrevista realizada en el pasado. Para él, comenzó diciendo, «el CDS es el antídoto para el Covid». El doctor, que asegura tener 1.000 casos de curación del Covid – 200 de ellos documentados – más los familiares de los contagiados, aclaró que lo primero y más importante es la calidad del producto, mostrando imágenes de lo que se hacía pasar CDS en el mercado negro. Pero el meollo de la presentación del doctor Aparicio, hoy día uno de los doctores más cualificados del mundo en esta materia, fueron 3 casos con coronavirus. El doctor fue contando cómo llegaron, en qué condiciones, los enfermos hasta él y cómo fueron evolucionando. Fueron asistidos solo con CDS, vía oral o intravenoso, y según todos los controles están ahora emplean forma. Tras su detallada presentación, el doctor mexicano pidió a sus colegas médicos que dieran una oportunidad al dióxido de cloro.
Finalmente, el doctor Prieto dio paso a la última ponente, la doctora Teresa Forcades, quien hizo el doctorado en la universidad pública de Barcelona y la especialidad de Medicina Interna en la universidad estatal de Nueva York, y a quien esperamos poder entrevistar pronto en MM. Forcades tituló su ponencia «Uso médico del clorito de sodio», producto que genera el dióxido de cloro cuando es administrado. La doctora puso el acento en dos estudios sobre la seguridad y eficacia del clorito. En uno de ellos participaron hasta 22 clínicas y hospitales de máximo nivel y se estudiaba la enfermedad del ELA. Dicho estudio se produjo entre 2016 y 2018 y sus conclusiones en cuanto a la seguridad son las siguientes: a una dosis de 3,2 gramos por kilo, más elevada que la que normalmente se aplica, no se observó ningún efecto adverso, por lo que a una dosis de 2 g/kilo de peso, que es como se realizó la fase 2, tampoco debería tenerla ni la tuvo. Sin embargo, este estudio tiene un punto dramático dado que los pacientes que se sometieron a él, con una esperanza de vida de meses, vieron que se encontraban mejor tras verse sometidos al dióxido de cloro, pero que la compañía farmacéutica abandonaba sus ensayos pues el estudio estaba diseñado solo para saber si los biomarcadores mejoraban o empeoraban,
Estoy deseando ver el WEBINAR, del Dr. Luís Prieto Valiente. Gracias
Que bueno que finalmente se autorice como un médicamento, a mi me atendió el Dr. Aparicio y me dio excelentes resultados.
Es loable y una gran esperanza para la humanidad, la actitud razonable y tremendamente profesional de esta comunidad de Bolivia, tambien de sus politicos que no dudaron en darle a este tratamiento un marco legal. Unico pais en el mundo!.