
Borisov, el mudo viajero interestelar, el cometa más puro y misterioso jamás observado, tiene la cola rabiosamente hermosa, y el rover chino Zhurong se da rulos robotizados por la superficie de Marte tan chulito y feliz. Estamos muchísimo más preocupados por lo de arriba que por lo de abajo. Lo exterior y lo próximo cada vez son conceptos más lejanos y dispares. Está meridianamente claro y es así de triste. Qué importa que los judíos estén hostiando a los palestinos, o que en Colombia se hayan zumbado a más de mil defensores de los derechos humanos desde la paz del 2016; que se escabechen en Afganistán; que en Camerún la casquen como piojos en salfuman; que en Etiopia o Mozambique la vida se mida en camiones de fiambres; que el Sahel dedique sus gentes a alimentar tiburones; que en Yemen se tripateen las tripas a cuchilladas o que en Siria se machaquen por un quítame allá esas bombas. La humanidad está de luto permanente en -modo moda-, sin que nadie haga nada solvente por concluir el disparate y el despropósito. Las grandes potencias se mean en las esquinas de la humanidad como perros sin amo con cistitis, o con incontinencia urinaria, sin tratar veterinariamente con una razonable dosis antibiótica. Mi amigo íntimo, que le da por escribir prosa poética, me mandó un WhatsApp que decía (hablando del mundo de su demonio y de su carne): “Como las mareas sin horario. Como las tumbas sin sosiego. Como un paréntesis circunflejo. Como un despecho sin consumar. Como unos ojos en la nuca que nunca podrán mirar al frente y que, sin embargo, abarcarán toda la troposfera de un solo guiño. Así son las tesis sobre el ser más malo que el peor. Como la pura mierda.”. Los 60 millones de muertos de las dos últimas grandes contiendas mundiales las hemos borrado de nuestra memoria y de la de nuestros hijos sin pena, sin gloria y sin sentido. Los organismos que se dedican a este fastidioso trasunto de medir técnicamente las guerras nos relatan didácticamente que, para que un conflicto sea considerado guerra tiene que contabilizar al menos 1.000 muertos al año. Por debajo de ese jodido número tan miserable como doloroso, se habla tan solo y tan campantemente de -conflicto de baja intensidad-. Borisov está tan rematadamente mudo como los grandes medios dando hilo a su cínica cometa y Marte, el planeta rojo que recibió su nombre en homenaje al dios de la guerra de la mitología, se deja cosquillear la barriga por los tecnológicos comunistas chinos. ¡Qué vergüenza de universo dejaremos a la siguiente generación!
2 Comentarios
EN CALIDAD REPRESETANTE DE COMUNIDAD ORIGINARIA DE OBAS-YAROWILCA-HIANUCO PERÚ EN TORMO A ESTE TEXTO REFLEXIVO PUEDO OPINAR QUE, ACTUALMENTE EL MUNDO SOCIAL VIVE AL SON DE LOS PLANES NEGROS DEL NEOLIBERALISMO IMPLANTADA SISTEMATICAMENTE CON EL CALIFICATIVO TERRORISTA A AQUEL MOVIMIENTO DE RECLAMOS DE LOS PUEBLOS MAL ATENDIDOS DE LOS PAISES SUBDESARRROLLADOS.
DEDATANDO ATAQUES BELICOS Y BOMBARDEOS ANTE LOS PAISES QUE SE PROPONEN SUS PROPIAS FORMAS DE DESARRROLLO AL SUFRIR EL ABANDONO DEL NEOLIBETALISMO, CON EL ARGUMENTO DE DEFESA DE LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO (de su democracia fraudulenta)
APLICANDO BLOQUEO ECOMICO A LOS PAISES QUE QUIEREN LIBERARSE DEL NEOLIBERSLISMO.
EN ESE ESTADO DE VOSA EL MUNDO ESTA YA ENDURECIDO DE VER MUERTOS AMIGOS, FAMILIARES Y PURBLOS ENTEROS. CON EL TIEMPO NUEDTROS HIJOS SE ACOSTUMBRARAN CON DORNIR CON LOS MUERTOS, CON LA FUTURA GUERAS YA FAMILIARIZADAS QUE VENDRAN, CON LA MENTIRA DE SIEMPRE EN DEFRNASA DE LA DEMOCRSCIA MENTIROSA, ASI LOGRANDO EL EXITO DE SU PLAN NEGRA DEL NEOLIBETALISMO EN EL MUNDO
.
Hoy el amigo Toral no ironiza ,algo que tan bién hace,usa sus figuras para sentenciar y como no ,aplasta con la razón bien documentada.
Eso me ha hecho reflexionar sobre lo frios y escepticos que nos estamos volviendo,los conflictos llenos de muertos ya no nos emocionan o al menos no como antes,cuando haciamos nuestra una causa donde la justicia flaquease en post de los intereses varios.
Ya no es romanticismo es esa tremenda coraza de indiferencia que cada día engorda la época que nos toca vivir y no creo que eso vaya a mejor Sr.Toral,lo sufrirán las nuevas generaciones y lo harán parte de su vida diaria.
Gracias Toral por hacernos ver la mezquindad evolutiva a la que diariamente asistimos, pasando página sin despeirnarnos.