La posibilidad de lo absurdamente imprevisible nos acecha cada día. Lo insospechado se adueña de nuestras armonías cotidianas y desafinamos a voz en grito acusando al destino de las innecesarias desgracias que nos proporciona. La sorpresa se alimenta de lo extraño y de lo inesperado en un proceloso mar de confusiones donde el guion de lo previsto naufraga. Siempre fue asi y siempre será.(Para nuestra desgracia). En ese fracaso no navegaron nunca las claves de éxito que muchos se empecinan en demostrar como fórmula de prosperidad. La suma de fracasos no da éxitos según los más sabios. Y eso, el poco sabio PSOE de Sanchez no lo ha contemplado, embebecido en su victoria contra un ridículo sabio PP que, desde la orilla, sin mojarse, siempre ha cuestionado, altavoz en ristre, absolutamente todas las maniobras de la singladura, y cuando ha podido torpedearlas no lo ha hecho ni desde la ética ni desde la moral, sino desde el instinto depredador anclado en la boya presa de ese falso ofendidito al que poner a España en ridículo ante Europa le importó siempre una ola menor que una puta mierda. Este último gravísimo accidente de la repugnancia de manguirulos de altas responsabilidades con derecho a cárcel de reja electrificada y aguijón culero “nos ha pillado en bragas”. Era, según algunos, previsible y según otros fácilmente presumible desde la picaresca patriótica que lleva siglos bien entrenada. Pero estos vociferantes carpetovetónicos no disfrutan de ninguna autoridad para dar remo de aguas profundas con su historial de choriceríos y trapacerías que les acredita por cifras como el partido más corrupto de Europa, y les adjudica en lo que queda de año 17 procesos en 12 juzgados diferentes. Su discurso de agua dulce, porque los números no le son favorables, les ahoga las costuras del huevero y les impide lo más lógico, que sería abordar una Moción de Censura desde la chalupa, aunque esta no ande calafateada en tiempo y forma en su hacer aguas por los cuatro costados. Es lo que la bonhomía, lo legitimo y lo natural para babor y estribor aconsejarían como corrección política de brújula bien templada. Al menos vomitarles la pechera (-el buen marinero marea-) a quienes consintieron esta desgraciada y zafia derrota marinera sin coordenadas, impresentable, inconcebible y decepcionante para escarmiento de la ciudadanía que, ya desafecta a todo lo político, les permitiera, al menos, airear el tufo de esta grandísima cagada que no meremos los grumetes “votanitos”. No valen disculpas ni perdones con cara de Michael Phelps nadando en un charco como las de Rajoy en su momento, ni las de Sanchez en este momentazo. No valen nada y no nadan nada.. La derecha de este pais, engolfada con su experiencia en el robar y siempre bendecida por sus carasduras más visibles ha tomado sin sonrojarse la bandera con un claim tan grosero como indefendible desde su historial “ Mafia o democracia”. Para argumentarlo, incluso entre la mayoría de los correligionarios de sus filas, que ni creyeron ni creen en la democracia, ni sabrían apearse de la mafia, hay que tener más valor que el Guerra, el matador que se anticipó a estas corridas sin burladero que hoy nos televisan con algarabías en directo: “Los toros, con sol y con moscas”. Y ya puestos a decir, los vientos alisios traen canciones resoplando, que no maten moscas con el rabo como el diablo que, con capote en verónica tendida, los observa en su espejismo de chorizánganos de uno y otro signo dando muletazos zaparrastrosos postreros con “pie en pared”. Esto es un océano y no un pantanal seco con cuernas crecidas del suelo.