Es evidencia de razón aunque aún muchos se nieguen a aceptarlo que entre las muchas lacras y calamidades del actual Reino de España tras casi medio siglo de Monarquía se encuentra el desastroso estado de sus universidades relegadas al pelotón de cola del prestigio mundial. Y no será por los intentos de innovación de nuestros prohombres y prohembras socialistas, comunistas y peperos. Por desgracia, el poco amor a la verdad, la falta de patriotismo y sentido común, la servidumbre al poder, el menosprecio de nuestra cultura, el sectarismo, la ineptitud moral hacen estragos.
Sin embargo, dentro del régimen de autonomía universitaria que disfrutamos en el Reino de España se vienen implantando nuevas titulaciones o adaptación de otras a las exigencias de las nuevas tecnologías. La leyenda negra siempre nos ha tratado de retrógrados enemigos de la ciencia y opuestos a los logros y pos-modernidades de la civilización, pero no hay tal. Es bien conocido que la promoción de la ciencia y de la cultura siempre ha sido motivo de orgullo y satisfacción para la Corona y ha servido para el engorde de la gusanera y mejor granjería de globalitarios en sus modalidades de nazis periféricos, socialistas, podemitas, sumandos y centristas zurdos moderados. El filantrópico gobierno de Su Majestad y los talentos del grupo parlamentario social comunista golpista filoterrorista que le apoya trata además de reconvertir o potenciar algunas de las especialidades existentes de impulsar nuevas enseñanzas convenientemente enmucetadas con las oportunas titulaciones.
Entre las primeras se van a potenciar los estudios de Veterinaria, que sustituirán a los de Pediatría, y luego Medicina en general, debido a que en las actuales familias desestructuradas que fomenta el Régimen las mascotas sustituyen a los niños y a que los propios bichos estén más protegidos que éstos con las nuevas leyes animalistas.
Entre los segundos no hay más que mirar nuestra mejor literatura para comprobar sin lugar a dudas que los Monipodios, partidos, partidas, hordas y garduñas forman parte de nuestras más acendradas tradiciones patrias, pero, objeto de todo un género especializado como el de la picaresca, desde luego faltaba el honor académico de su glorioso enmucetado con vistosos diplomas de títulos más o menos mohatreros al peculiar cursi gusto socialista borbónico posmoderno firmados en nombre de Su Majestad.
Así las Ciencias de gestión del cunnus con nuevas titulaciones y universidades ad hoc aunque solo para hembristas. En la madrileña Escuela Superior de Altos Estudios de Administración del cunnus tras el armonioso trino del Gaudeamus Igitur la solemne lección magistral inaugural del curso académico ha sido presidida por nuestra ejemplar reina consorte, bien escoltada para tan alta ocasión por la señora catedrática emprendedora presidente consorte y la ahora también ex consorte señorita Irene, famosas hembras muy valiosas por sí mismas y ejemplos de lucrativa gestión de lo suyo.
Sin embargo, pese a las posibilidades de explotar onerosos y lucrativos chiringuitos hembristas inventados ad hoc la cosa no termina de cuajar. De modo que promovidas por los más íntimos desvelos del Régimen del que nos han dotado los próceres, y que no nos merecemos, se han ido creando durante los últimos años del reinado facultades de Ciencias de la Corrupción.
No ya, por supuesto, en cada una de las diecisiete autonomías sino en muchos de los ocho mil y pico municipios de toda España que hacen las delicias de tanto prócer político, sindicalista inclinado o concejal de urbanismo. Todo sea por tratar de cubrir la ingente demanda así como la vocación de servicio público de muchos súbditos de Su Majestad incluso casi toda la familia real.
Envidia de países vecinos y foco de atracción de Eramus de todas las nacionalidades, se ha instalado todo un loable modelo de integración del saber en la propia vida cotidiana de nuestros próceres y aspirantes al más lucrativo cacicazgo. Los estudiantes disfrutan de prácticas aseguradas de modo que el codiciado título de licenciado en Ciencias de la Corrupción acredite no ya solo un entendimiento podrido, sino también un conocimiento teórico de las más modernas técnicas de saqueo y desfalco de las instituciones públicas y privadas, el cómo defraudar a Hacienda, acogerse a las amnistías fiscales y de blanqueo de capitales del gobierno de Su Majestad, disimular enfermedades, llevar maletas sospechosas, vender telas invisibles, proteger planeadoras, visitas a los paraísos fiscales y de vicio, etc.
Así, no era de extrañar que aunque el Régimen ofrezca indudables muestras de agotamiento los nuevos universitarios hayan sido muy solicitados en partidos, monopolios saqueados al sector público, sindicatos, casas imaginarias, de juego, de lenocinio y del pueblo, ayuntamientos, fundaciones, ONGs, entidades de crédito, escuelas de negocios, etc. Pero, al cabo, la preocupación se extiende. Aunque el gobierno explica que no hay que desanimarse que con la nueva normalidad anormal habrá mucha más actividad, las últimas promociones de licenciados ya no pueden colocarse como antes, ni siquiera como fijos discontinuos. Incluso ya existen importantes restricciones para las prácticas estudiantiles en entidades acreditadas.
Ahora bien, la primera corrupción consiste en pudrir el entendimiento de modo que para tan heroica misión el periodismo también debe ser promocionado para, tras los comentados desastres de la educación, evitar prevenir de modo profiláctico la perniciosa creación de una opinión pública digna de tal nombre. Debido a su currículo similar y experiencia afín, se podrá conseguir la doble titulación mediante un sencillo cursillo de convalidación. Y es que la labor del actual periodismo y de muchos nuevos periodistas desde que existen las facultades de tal nombre como requisito para ejercer la otrora noble profesión, ha demostrado ser absolutamente necesaria para el mantenimiento del tenderete mohatrero combinando sabiamente cleptocracia con oclocracia.
Un gran aporte a la Historia de la civilización.