Las Díaz fueron portada. Ayuso fue solemne portada de Vanity Fair , en rojo serio muy Romero de Torres, y Yolanda de Yo Dona en cuero negro y tacones de estilete pisando fuerte sobre la derecha con equilibrio. La carcundia de la patria no movió ni un pelo de su bigote ante esas imágenes tan nítidamente provocadoras sociológicamente. La Ayuso, sería como si acabara de tragarse la escoba de un inodoro y la Susana como riendo a placer de un chiste picante contado por las Terremoto de Alcorcón. El peor marketing posible se daba cita en el papel couché para asombrar nuestras paletas visiones de la política de moda donde ser más y mejor es lo peor del mal menor al darse visibilidad. En Rojo y Negro , Stendhal, no fue capaz de contarnos mejor la turbulenta desambiguación iconica de estos posados. Hoy día las elecciones no se ganan con un programa serio y con el rigor suficiente como para emocionar convenciendo al votante, se ganan con acciones de marketing chorras y con figuritas de cartón piedra donde -la resonancia magnética funcional- es el valor más buscado en los candidatos. -Manda cojones- que memeces como las que nos descubren con su lenguaje no verbal nos acerquen o nos alejen de sus posturas y postulados. La marca, las siglas y la historia se quedan en el bolsillo criando moho. El moho verde de nuestra estupidez que cada vez gana más enteros como cooperadores necesarios de las ideas. Quienes dan el careto al cartel están muy por encima de las siglas que representan. (Algunos hasta las eliminan circunstancialmente). La campaña, el mensaje principal y los contenidos accesorios están en los ojos y en la boca de los retratados y nada más hay tras ellos salvo el papel que soporta su imagen. Aquí andaba yo cuando vi que me leía por encima del hombro el Boinas y rápidamente sentencio socarrón: “Si vas al baño no olvides el papel. No importa que sea de diario, el culo no sabe leer. “La frase no es mía, es del Doctor Tangalanga, un humorista argentino muy serio. No le di diente al cuento, que dirían en Cuba. Las fotos de los candidatos coquetean con nuestras emociones como las putas y los chaperos de las películas del neorrealismo italiano. Nos provocan con esa sensualidad artificial que retocada con Photoshop se hace cargante. La superficialidad les ha devorado el alma. Hace unos días, el matrimonio Zelenski ha posado para Vogue, en el objetivo de la grandísima fotógrafa Annie Leibovitz, entre ruinas de zonas bombardeadas con aguerridos soldados y en el circunspecto despacho presidencial. Las redes se han cabreado con ellos y los han puesto peor que a parir. El Ministerio de Defensa Ucraniano compartió en las redes una foto del matrimonio, tomados de la mano en actitud severa, con una rimbombante frase: “Dolor, coraje…y determinación para ganar”. Algún gilipollas de algún lugar del mundo se lo mamó crudo. El Boinas, esa noche me mandó un WhatsApp con una foto de Gabriel García Márquez y la siguiente frase: “… esta patria que no escogí por mi voluntad sino que me la dieron hecha como usted la ha visto que es como ha sido desde siempre con este sentimiento de irrealidad, con este olor a mierda, con esta gente sin historia que no cree en nada más que en la vida, ésta es la patria que me impusieron sin preguntarme… “Creo que es del Otoño del Patriarca. Lo miraré en Google más tarde si sigo mosqueado. Mientras, me consuelo con aquella genial sentencia, grafiteada en una pared junto a las fotos agostadas de los candidatos que lucen ya marchitas por las tormentas de verano: “¡Abajo el que suba!”.
Mordaz y directo otra vez señor Toral,si,creo que las fotos propagandisticas no reflejan la realidad del sujeto,además admiten retoques y poses estudiadas para transmitir una personalidad a menudo inexistente.
Otra cosa es la foto oportuna esa instantánea que si refleja aquello que sucede en la realidad o marca la personalidad de un individuo.
Quien no recuerda aquel Nixon abatido o al insigne señor de la guerra con los pies sobre la mesa de Bush o partiéndose la caja entre este y Blair gestando un conflicto estúpido de fatales consecuencias o aquella primera dama despavorida huyendo de un magnicidio.
Esas fotos del anual World Press Fhoto es donde valientes fotógrafos se juegan la vida para contarnos la realidad sin filtros.
Ahora hacemos altos a los pigmeos,modelos a los desgarbados,sexis a las señoras de la política que nada tiene que ver,mira ahora tenemos un presidente de buena planta y que se puede comunicar con sus colegas y tampoco parece que gusta a todos.
Esto sirve para vender imagen a los incondicionales que seguro que las recortan para ilustrar su carpeta ideológica.
Pero una cosa ,quien cuenta en una foto su honradez,su entrega,su conciencia social,su lucha por los derechos del que coge la revista de una papelera,ahhhh claro , para eso haría falta una radiografía de sus entrañas donde se leyera sin maquillaje el sentir,vaya desilusión se llevarían muchos fanáticos babeantes ante su líder del cual no se ha leído ni un renglón de su programa,lo vota por simpatía y recordar que por simpatía estallan los explosivos así que mejor tener precaucion con ellos.
Queda poco para unas nuevas elecciones miremos el interior de los candidatos,su trayectoria ,logros y fracasos y pensemos que con la foto de campaña no gobernara,si lo hará con su valía personal y el cumplimiento de sus promesas.