Cada semana desayunamos con una campaña contra el dióxido de cloro. Hace un par de semanas fue la OMC, Organización Médica Colegial, y ahora es el Instituto Nacional de Toxicología. Motivo: 26 consultas telefónicas de supuestos intoxicados por esta sustancia. El Instituto advierte que no es para consumo humano y que puede producir insuficiencia hepática y renal, además de náuseas, vómitos, diarreas… La canción de siempre, como diría algún médico familiarizado con el uso terapéutico del también llamado CDS. ¿Avalaron la información con algo más que llamadas telefónicas? ¿Algún estudio clínico que demuestre su toxicidad tomado a dosis indicadas por los médicos? Porque es evidente que no es lo mismo tomarse un Ibuprofeno que seis, o tomárselo cada ocho horas que cada dos. No explicaron nada.
La doctora española Teresa Forcades hizo una amplia investigación bibliográfica sobre la materia y descubrió un estudio clínico de máximo nivel que demuestra cómo interactúa el dióxido de cloro en el organismo. Y oiga, de toxicidad nada de nada. Dicho por ella con datos en la mano, que los tiene el Instituto de Toxicología a su alcance también porque, ¿saben a quién pertenecen?, a la FAO y a la OMS.
Yo me pregunto, y supongo que ustedes también, por qué no los utiliza el INT, pero eso sería entrar en el terreno de la especulación. La doctora Forcades averiguó también que había otro estudio clínico que realizaron la Clínica Mayo, el Massachussets General Hospital, la Universidad de Columbia… todos centros de máximo nivel, y que determinaron que el dióxido de cloro no tenía efectos secundarios. Y aún hay un tercer estudio, este pueden consultarlo en un artículo que publicamos en MM.
Lo que sí menciona el INT es a Bolivia. Dice que efectivamente sus dos cámaras lo han aprobado, pero que eso no es importante, que un Senado y un Congreso lo respalden no es noticiable, ni ejemplar, que de lo que hay que hablar es de que su presidenta y su ministra de Sanidad quieren derogar esa ley. Aquí nos surgen un montón de preguntas que trataremos de resumir: ¿Cómo es posible que solo dos personas de un gobierno se enfrenten así a dos hemiciclos, cuando además los datos del uso del CDS están siendo buenos y se están implicando en ellos universidades y hospitales? ¿Hay alguien detrás de la actual presidenta Jeanine Áñez y de su ministra de Sanidad? ¿No les parece raro que un Instituto de Toxicología se meta en la arena política? Por cierto, nosotros requerimos dos veces que nos pasaran la nota informativa del Instituto, sin lograrlo, decían que nos la habían enviado, pero aquí nunca llegó.
Este informe, como el que emitió hace poco la OMC, se basa en una lejana denuncia de la FDA, que dice que la ingesta del dióxido de cloro provoca insuficiencia respiratoria, puede llevar a arritmias potenciales mortales, anemia hemolítica e hipotensión causado por la deshidratación. A todo ello contestó la precisamente boliviana doctora Patricia Callisparis en una noticia que titulamos: “La presidenta de COMUSAV Bolivia califica de irresponsable a la OMC española…”. La doctora vino a decir: “nosotros ya tenemos demostrada – como Comité Científico de COMUSAV Internacional – la no toxicidad, estoy hablando de algo demostrado, no de suposiciones. Estamos hablando de demostraciones científicas”. No obstante, la doctora matizó que “hay mucho por investigar, hay mucho por descubrir de esta sustancia, pero negarla es un error”.
La COMUSAV, Colectivo Mundial de Salud y Vida, la componen 3.000 médicos de 19 países del mundo que utilizan el dióxido de cloro.
¿Qué logró el Instituto Nacional de Toxicología con esta campaña? Empobrecer el debate que hay en torno al CDS o dióxido de cloro, un producto que sigue demostrando para muchos médicos evidentes posibilidades terapéuticas, sobre todo con el coronavirus, y hacer que los medios de comunicación se lancen contra él con llamativos y negativos mensajes.
Añadir que en el reporte del Instituto Nacional de Toxicología hay 26 consultas para el dióxido de cloro, pero es que ara homeopatía un año normal hay 400 y es aceptado por todos que la homeopatía no tiene ningún efecto. Se da entonces la circunstancia de que con un 0,04% de las consultas hay peligro y no con un 0,7% de consultas.
Un Comentario
Yo tomo el dióxido de cloro desde hace 5 meses y me encuentro mejor. No es toxico.
Dejen de marear a la gente para que no lo consuma pues eso puede perjudicar el bolsillo de el poder económico.